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MUNDO

Nicolás Maduro frustró la liberación del gendarme Nahuel Gallo: impuso exigencias inaceptables para EE.UU. y sigue desaparecido

El gobierno de Venezuela había aceptado liberar al gendarme argentino junto a diez ciudadanos estadounidenses, pero exigió una condición final que Washington rechazó. La negociación se quebró y Gallo continúa desaparecido.

Nahuel Gallo

Hace pocos días, una llamada desde Washington alertó al Gobierno argentino sobre una oportunidad inesperada: Estados Unidos negociaba la liberación de diez ciudadanos norteamericanos detenidos ilegalmente en Venezuela, y había un lugar en esa lista para Nahuel Gallo, el gendarme argentino desaparecido en manos del régimen chavista.

Detrás de la gestión estaba el secretario de Estado Marco Rubio, referente clave de la política exterior de la administración de Donald Trump. Desde hace meses, Rubio lidera una estrategia regional para desmantelar las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Con la relación entre Milei y Trump cada vez más afianzada, el caso Gallo se coló entre las prioridades diplomáticas del Departamento de Estado.

Gallo, en la lista de buena fe

El acuerdo era complejo: Estados Unidos ofrecía intercambiar a sus ciudadanos detenidos por narcotraficantes del Tren de Aragua presos en El Salvador. Los nombres estaban sobre la mesa. A la decena de norteamericanos se sumaba, en el puesto número 11, el gendarme argentino desaparecido por el régimen de Nicolás Maduro.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el canciller Gerardo Werthein habían activado distintas gestiones públicas y reservadas para lograr su liberación. Washington reconocía a la Argentina como un aliado estratégico y mantenía informado al Gobierno nacional sobre cada movimiento de la negociación.

Rubio celebró el acuerdo, pero Gallo quedó afuera

El propio Rubio lo anunció: «Gracias al liderazgo del presidente Trump, diez estadounidenses que fueron detenidos en Venezuela están en camino a la libertad». La frase fue publicada en la red social X, acompañada de un agradecimiento al presidente salvadoreño Nayib Bukele, que facilitó el canje con los detenidos del cartel venezolano.

Sin embargo, cuando todo parecía cerrado, el régimen de Maduro alteró las reglas del juego. Los negociadores chavistas plantearon una exigencia adicional para incluir a Gallo en el acuerdo. Una condición que, según confirmaron fuentes diplomáticas, era “de cumplimiento imposible” para la Casa Blanca.

Una exigencia inaceptable

El contenido exacto de esa condición no fue revelado públicamente, pero bastó para derrumbar el pacto. Washington se negó a ceder ante el nuevo pedido de Caracas, y la negociación por Gallo quedó trunca. A pesar de los esfuerzos, el gendarme argentino sigue desaparecido.

Según organizaciones de derechos humanos, Venezuela mantiene ilegalmente detenidos a más de 17 ciudadanos extranjeros, entre ellos personas de Colombia, España, Perú, Ucrania, Alemania, Italia y otros países. Para el régimen de Maduro, son piezas de cambio en una diplomacia extorsiva.

Silencio internacional y presión diplomática

Mientras los ciudadanos estadounidenses fueron liberados, Gallo permanece en una cárcel clandestina. La diplomacia argentina continúa insistiendo en su liberación, pero el desenlace reciente dejó en evidencia los límites de la negociación.

Desde el Gobierno nacional ratifican su alineamiento con la política exterior de Trump y sostienen una condena firme contra la dictadura venezolana. La situación de Gallo, sin embargo, vuelve a mostrar que el chavismo solo cede cuando obtiene rédito político o económico.

El régimen de Maduro, cada vez más aislado

La frustrada negociación por el gendarme argentino reabre el debate sobre cómo enfrentar a un régimen que utiliza la libertad de las personas como moneda de cambio. Maduro decidió excluir a Gallo del acuerdo en el último momento, apostando por una ventaja mayor. No la obtuvo, pero dejó a un argentino más bajo detención ilegal.

El caso expone los mecanismos de presión que utiliza el régimen chavista, la falta de herramientas eficaces para la comunidad internacional y la necesidad urgente de respuestas diplomáticas más firmes. Por ahora, Nahuel Gallo sigue desaparecido. Y Venezuela, otra vez, juega con la impunidad.