Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

La Libertad Avanza advierte la derrota y resiste en Diputados a la espera del recambio legislativo

El Gobierno enfrenta un Congreso más hostil: avanza la oposición, se desdibujan viejas alianzas y crece la parálisis parlamentaria.

La Libertad Avanza

El clima en la Cámara de Diputados cambió drásticamente. A poco más de un año de haber logrado la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, La Libertad Avanza enfrenta ahora un Congreso cada vez más adverso. Las señales son claras: menor capacidad de negociación, bloqueos opositores sostenidos y un oficialismo que, aunque mantiene la iniciativa política desde la Casa Rosada, ve debilitado su músculo legislativo.

Durante el primer semestre de 2025, el oficialismo logró apenas cinco sesiones en Diputados, cuatro de las cuales terminaron en derrotas. Desde el 1 de marzo al 18 de julio, la estrategia fue clara: ralentizar el Congreso, evitar el debate abierto y bloquear las comisiones. Sin embargo, el frente opositor, con eje en Unión por la Patria y otras fuerzas menores, logró abrirse paso y comenzó a marcarle el ritmo al Poder Ejecutivo en la Cámara baja.

De la ofensiva a la resistencia parlamentaria

La primera señal de alerta llegó el 12 de marzo, cuando la oposición se unió para forzar una sesión especial centrada en el escándalo de las criptomonedas tras las declaraciones del presidente el 14 de febrero. Si bien los proyectos no tenían dictamen, se aprobó su tratamiento en comisiones. Ese día terminó con escándalo: el diputado Oscar Zago se enfrentó a golpes con Lisandro Almirón, en un hecho que expuso la fragilidad interna del oficialismo.

Una semana después, La Libertad Avanza recuperó algo de terreno y blindó en el recinto el DNU que validó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, gracias al respaldo de radicales y mandatarios provinciales. Pero ese fue el último triunfo legislativo en meses: luego llegaron una seguidilla de derrotas que incluyó el avance opositor con proyectos previsionales, pedidos de informes sobre obra pública y la reactivación de la comisión investigadora del caso $Libra.

El avance opositor y la fragmentación de alianzas

El 8 de abril, la Cámara volvió a sesionar con una agenda completamente opuesta a los intereses libertarios: suba de jubilaciones, bonos, moratoria y emergencia en discapacidad, entre otros temas. El 4 de junio, ese paquete obtuvo media sanción, junto con la aprobación definitiva de la ley de emergencia para Bahía Blanca. Lo más significativo fue que en esa sesión varios aliados habituales del oficialismo se desmarcaron o directamente votaron en contra.

La última sesión del semestre, el 2 de julio, volvió a mostrar la consolidación del bloque opositor. Se votó un nuevo emplazamiento a las comisiones de Presupuesto, Educación y Familia para destrabar proyectos clave: el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica, con fondos para el Hospital Garrahan. Seis días después, los dictámenes estaban listos. Todo indica que serán parte de la agenda apenas termine el receso invernal.

En paralelo, el oficialismo logró frenar algunas iniciativas —como el caso $Libra o el cierre de comisiones— mediante maniobras dilatorias o tecnicismos reglamentarios, pero esos recursos empiezan a agotarse. La paciencia de los bloques opositores se acorta, mientras crece la desconfianza hacia el presidente de la Cámara, Martín Menem, a quien acusan de romper acuerdos y actuar con discrecionalidad.

Un semestre cuesta arriba para el oficialismo

El panorama para el segundo semestre no es alentador. Con la campaña en marcha para las elecciones legislativas de septiembre, La Libertad Avanza solo puede esperar. La presión será doble: por un lado, avanzar con la agenda oficialista antes de perder más terreno; por el otro, resistir los embates opositores que buscan transformar media sanción en ley, como el caso de Bahía Blanca.

En este escenario, la estrategia libertaria apunta a ganar tiempo hasta el 10 de diciembre, cuando se renueve la Cámara de Diputados. El oficialismo solo arriesga ocho bancas y confía en ampliar su bloque para recuperar fuerza. Pero mientras tanto, el Congreso se convirtió en un terreno hostil, en el que los logros del año pasado —como la delegación de facultades, la reforma fiscal y el RIGI— parecen cada vez más lejanos.