La noche del sábado 19 de julio dejó mucho más que una goleada de River sobre Instituto: desató una polémica inesperada por los posteos de Martín Subiabre, padre del juvenil Ian Subiabre, que encendieron las redes durante el partido y generaron una oleada de especulaciones en torno a su destinatario. Muchos apuntaron a Marcelo Gallardo, quien volvió al club en agosto de 2024, pero el revuelo fue tal que la atención se desvió rápidamente del resultado deportivo.
Desde ese episodio, en el cuerpo técnico de Gallardo ya habría una decisión tomada, firme e irreversible. Aunque todavía restan prácticas antes del cruce ante San Lorenzo, todo indica que el juvenil quedará relegado al banco de suplentes, una señal clara de que el entorno del jugador puede pesar en su consideración.
Los rendimientos que complicaron a Ian
Más allá del ruido mediático, hay razones futbolísticas que también condicionan al delantero de 18 años, nacido en Comodoro Rivadavia. Las sólidas actuaciones de Juan Cruz Meza y Santiago Lencina frente a Instituto dejaron una excelente impresión en el entrenador, quien ya los ve por encima de Subiabre en la lucha por un lugar entre los titulares.
Desde su debut oficial, el 31 de enero de 2024 frente a Barracas Central, Subiabre viene luchando por consolidarse. Su deseo de afianzarse en la Primera División es evidente, pero en el actual contexto, además de rendir dentro de la cancha, deberá lidiar con lo que sucede fuera de ella, especialmente con los ecos de las declaraciones de su padre.
La polémica respuesta de Martín Subiabre
El revuelo creció a partir de los estados de WhatsApp que Martín Subiabre publicó durante el partido de River, y muchos creyeron que eran mensajes dirigidos al propio Gallardo por no incluir a su hijo. Sin embargo, el padre del juvenil negó esa intención y fue tajante en su descargo: “No tengo por qué darle explicaciones a nadie. Si piensan que lo puse por el técnico de River, están equivocados. Jamás haría algo para perjudicar a mi hijo”.
Lejos de calmar los ánimos, redobló la apuesta con otro mensaje cargado de enojo: “Al que le gusta el puterío que llame. Son buenos para subir cosas, ahora también suban esto. Payasos hay en todos lados”. Aunque aclaró que los posteos eran parte de su ámbito privado, la filtración reavivó la polémica y dejó en evidencia una forma muy particular de expresarse.
A pesar de los intentos por justificar el contenido, el malestar en el entorno del club ya está instalado. En River, donde la disciplina y el perfil bajo son condiciones valoradas, todo indica que Gallardo actuó con contundencia para evitar que los temas personales interfieran con la dinámica del grupo. Subiabre, por ahora, tendrá que esperar su oportunidad desde atrás.
