Marcelo Gallardo vuelve a demostrar que en River nadie tiene el puesto asegurado, ni siquiera los ídolos. En la previa al duelo ante San Lorenzo por el Torneo Clausura de la Liga Profesional, el entrenador sorprendió con una fuerte decisión que apunta directamente al corazón del mediocampo. Las recientes incorporaciones —entre ellas la de Juan Carlos Portillo— no solo suman variantes: también alteran jerarquías.
El exjugador de Talleres arribó con un claro objetivo: reforzar una zona que venía desprotegida tras la salida de Matías Kranevitter y el desgaste de Enzo Pérez. Aunque había dudas sobre su función específica, un detalle que salió a la luz en redes sociales dejó poco margen para la imaginación: Portillo se entrenó con la camiseta número 5. En River, ese número no es casualidad, ni mucho menos.
La camiseta que lo dice todo
El dorsal que dejó vacante Kranevitter no tardó en tener dueño. En un video difundido por el club, se vio a Portillo utilizando el número 5 durante las prácticas en Ezeiza. Para Gallardo, cada gesto cuenta y este fue contundente. Aunque aún se recupera de una tendinitis, el mensaje es claro: el mediocampista misionero está llamado a ocupar un rol central en el nuevo esquema.
A sus 25 años, Portillo encuentra en River la recompensa a años de lucha. El desafío no es menor: deberá aportar equilibrio, presión y salida clara, cualidades que Gallardo prioriza para dinamizar el juego del equipo. Aunque todavía no está disponible para el próximo partido, su presencia ya genera repercusiones dentro del plantel.
Enzo Pérez, entre la experiencia y el ocaso
La llegada de Portillo cambia el panorama para Enzo Pérez. Con 39 años, el histórico volante podría empezar a ceder terreno dentro del once titular. No obstante, Gallardo valora su aporte como referente y conductor de grupo. En ese sentido, su rol podría transformarse: menos minutos en cancha, pero más peso dentro del vestuario.
La posibilidad de que Portillo comparta la mitad de la cancha con Kevin Castaño también está sobre la mesa. Este último, conocido por su despliegue y lectura táctica, podría complementar bien al ex Talleres. River necesita renovar energía sin perder identidad, y Gallardo parece decidido a lograr ese equilibrio.
Una nueva era en el mediocampo
River encara esta etapa con un mediocampo en plena transformación. Mientras algunos referentes empiezan a despedirse del protagonismo, otros llegan con hambre y piernas frescas. Gallardo lo entiende: si quiere un equipo competitivo, debe renovar sin romper. La elección del número 5 para Portillo no solo es un dato estético, es una declaración de intenciones.
Ya sin Kranevitter y con Enzo en una etapa distinta, el técnico apuesta por la mezcla justa de juventud, entrega y orden. Portillo será observado de cerca, pero tiene la confianza del cuerpo técnico. En River, los ciclos no se terminan: se transforman. Y Gallardo, como siempre, marca el rumbo.
