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SOCIEDAD

Nadia Cerino: quién es la bióloga que se volvió viral en la misión submarina del Conicet que se transmite por streaming

Desde el buque Falkor frente a Mar del Plata, la científica se transformó en símbolo del entusiasmo por la ciencia al explorar corales de aguas profundas a 3000 metros.

Cerino

Mientras un vehículo sumergible desciende 3000 metros bajo la superficie del mar, las redes sociales se llenan de imágenes, datos y comentarios científicos. Pero en medio de esa transmisión, una frase sencilla marcó el inicio de una conexión inesperada con el público: «Che, no sacamos ni un coral». La dijo Nadia Cerino, bióloga del Conicet, desde el ROV de la expedición «Oasis Submarinos», y bastó para que se convirtiera en una celebridad inesperada.

El proyecto, realizado frente a las costas de Mar del Plata por 25 científicos del Conicet junto al instituto Schmidt Ocean, explora el lecho marino a 300 kilómetros de la costa. La misión no solo generó interés por sus descubrimientos científicos, sino también por el entusiasmo y la calidez con la que Cerino narró en vivo cada hallazgo. Los usuarios la bautizaron «Nadia Coralina», y lejos de esquivar la fama, ella la abrazó con humor y conciencia: creó una cuenta de Instagram con ese nombre y se convirtió en la voz de una ciencia viva, cotidiana, apasionada.

Una científica con los pies en la cubierta y la mirada en las profundidades

Cerino es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad CAECE, estudiante de Maestría en Biología Marina y parte del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA). También trabaja en el Departamento Científico de Pericias (CIPE) de la Prefectura Naval, donde analiza contaminantes.

Su especialización en la taxonomía y distribución de corales de aguas profundas fue clave para la misión, que busca estudiar ecosistemas hasta ahora invisibilizados del Atlántico Sur. Por primera vez, pueden observarse vivos: «Antes pasábamos la red en profundidad y los sacábamos muertos. Acá puedo ver los colores naranja o rosa de los corales», celebró.

Una expedición que también es una transmisión cultural

La misión, transmitida en vivo por streaming, capturó al público desde su espontaneidad. «Nunca hice nada parecido. Llevaba seis horas hablando y dije ‘che, no sacamos ni un coral’ y de ahí la gente me puso el apodo», recordó Cerino entre risas. Pero también con conciencia: «Hay que tener un cuidado terrible con lo que se dice», admitió, sorprendida por el impacto.

El buque Falkor cuenta con más de 70 tripulantes, de los cuales 25 son científicos que trabajan en turnos rotativos. Cerino forma parte del grupo que cubre la noche: de 18.30 a 6.30. Mientras unos manejan el ROV, otros analizan datos, documentan hallazgos y comparten información con la audiencia. La combinación entre trabajo científico riguroso y divulgación espontánea resultó explosiva.

Un llamado a revalorizar la ciencia y el mar argentino

«Es muy importante conocer nuestro territorio. Si uno quiere ver un bosque, lo busca en Internet. Del fondo oceánico no sabíamos nada», reflexionó Cerino, subrayando la necesidad de acercar el conocimiento a las nuevas generaciones. La científica destacó que este tipo de misiones deberían ser más frecuentes, pero reconoció: «Está todo muy difícil en el país. Me parece buenísimo que la gente siga creyendo en la ciencia, en la naturaleza y el conocimiento».

El entusiasmo que despertó la expedición contrasta con la falta de continuidad y financiamiento estructural que enfrenta la ciencia argentina. A pesar de las condiciones adversas, Cerino insistió en el valor del mar argentino: «Los recursos y la biodiversidad que tenemos son magníficos, extraordinarios». Su deseo es simple, pero potente: que más personas vuelvan a amar la naturaleza.