(Por Matilde Serra).- La diputada nacional Lilia Lemoine, de La Libertad Avanza, descargó su artillería verbal contra la vicepresidenta Victoria Villarruel. En medio del fuego cruzado, el exgobernador jujeño Gerardo Morales recibió un impacto colateral inesperado. Lemoine comparó las acciones legales de Villarruel con las del exmandatario provincial, en un giro que dejó boquiabiertos hasta a los más acostumbrados al circo político.
Este enfrentamiento no es nuevo, Lemoine y Villarruel acumulan meses de tensiones públicas. La vicepresidenta, relegada del círculo íntimo del presidente Milei, lleva una agenda independiente que irrita a sectores oficialistas. Milei, curiosamente, prefirió rodearse de operadores provenientes del peronismo y hasta del kirchnerismo. Un movimiento estratégico que, lejos de calmar aguas, avivó la hoguera interna.
En ese clima, cuentas anónimas de Twitter y la propia Lemoine lanzaron una campaña brutal contra Villarruel. Exigían su renuncia con mensajes que rayaron en la amenaza. La vicepresidenta, sin inmutarse, respondió con una denuncia penal. Incluyó a Lemoine, usuarios digitales y hasta a un periodista español del polémico sitio La Derecha Diario, especializado en fake news.
Lemoine, lejos de amedrentarse, contraatacó con un discurso incendiario. Acusó a Villarruel de perseguir civiles como Morales, usando un epíteto que despertó risas y confusiones. «Bueno, la traidora ahora se mete con civiles como hizo el cornudo de Gerardo Morales. Y denunció a mi alter ego también, Mialygosa. Está convencida, igual que Marcela Pagano y Rial, que es una cuenta mía. No, pero la voy a proteger de ustedes, soretes», disparó la diputada.
La escena parece extraída de un reality show, pero tiene consecuencias reales. Villarruel, al recurrir a la Justicia, elevó el conflicto a otra dimensión. Mientras, Lemoine juega con fuego al mezclar insultos personales y referencias históricas turbias. El oficialismo parece navegar en un barco con varias fugas, y la tripulación se distrae haciendo cosplay o peleando entre sí.
¿Ganará alguien en esta batalla? Difícil. Villarruel muestra músculo legal, pero Lemoine domina el arte del caos mediático. Morales, por su parte, sigue siendo el invitado no deseado en esta pelea ajena. La política argentina, una vez más, prioriza el drama sobre las soluciones.
El humor negro flota en el aire. Mientras los tuits vuelan como los F16 que compramos y nunca nos entregaron, el país se hunde en un quilombo económico que justamente estás dos mujeres deberían estar intentando arreglar.

¿Por qué le dice cornudo a Gerardo Morales?
En 2023, un rumor sacudió Jujuy. Corrió la versión de que Tulia Snopek, esposa del entonces gobernador Gerardo Morales, mantenía un romance con un integrante de la banda Los Tekis. El chisme incluía un detalle picante, se sugería que su hija Guadalupe era fruto de dicha relación. La noticia, difundida con entusiasmo por tuiteros anónimos, tuvo finales amargos. Dos personas enfrentaron procesos judiciales y una estuvo detenida más de un mes.
Lemoine, al llamar «cornudo» a Morales, revive ese episodio con fines comparativos. Quiso señalar que Villarruel, al denunciar civiles, imitaba la polémica estrategia del exgobernador. Eso sí, con un toque de humor ácido que solo la política argentina puede digerir. Morales, por ahora, guarda silencio. Quizá recuerda que, en el juego de los rumores, siempre salen perdiendo los que llevan corbata o, en este caso, la “corona”.
Video de la liberación del tuitero que fue preso por contar lo de Morales
Nahuel Morandini y Roque Villegas libres!!!!!!!
— Sebastián Copello (@sebacopello) February 26, 2024
Morales carnero. Basta de esta barbarie. pic.twitter.com/9ZXLvDS0yj