Rodrigo De Paul cerró un capítulo trascendental en su carrera profesional. Luego de cuatro temporadas en el Atlético de Madrid, el volante campeón del mundo con la Selección Argentina decidió emigrar a la MLS para vestir la camiseta del Inter Miami y reencontrarse con Lionel Messi. Sin embargo, su salida no fue un simple trámite: estuvo cargada de emociones, palabras sinceras y una despedida marcada por la gratitud y el aprendizaje.
En una rueda de prensa reciente, De Paul se refirió por primera vez en profundidad a lo que significó para él el trabajo junto a Diego Simeone. La relación con el entrenador argentino no solo marcó su estadía en el fútbol español, sino que también tuvo un impacto determinante en su preparación para el Mundial de Qatar. Aunque no logró conquistar títulos en esa etapa, dejó en claro que se va enriquecido desde lo personal y profesional.
“Gracias al Cholo, llegué al Mundial en mi mejor nivel”
“Con el Cholo hablamos mucho antes de que se concretara mi salida. Siempre me cuidó, me protegió, me enseñó. Tuvimos una charla muy buena. Le dije que me iba con la sensación de haber aprendido muchísimo, pero también con la espina de no haber ganado un título juntos”, confesó el mediocampista argentino ante los medios. Esa frase resume el sentir de un jugador que, pese a las frustraciones deportivas, prioriza lo que creció durante su paso por el club.
Según sus propias palabras, Simeone fue uno de los técnicos que más lo marcó. “El Cholo es uno de los técnicos que más me marcó, por su manera de vivir el fútbol y por cómo te exige. Fueron cuatro años de altibajos, pero muy formativos”, reflexionó De Paul, al tiempo que agradeció al club por el rol que jugó en su evolución como profesional.
Durante su ciclo en el Atlético, De Paul disputó 186 partidos, anotó 14 goles y entregó 26 asistencias. Además, fue elegido en tres ocasiones como el mejor jugador del mes. A pesar de la ausencia de títulos, se marcha valorando el trayecto.
Una despedida sin reproches y con las puertas abiertas
La falta de trofeos no opacó la conexión emocional que el futbolista construyó con la institución. “No tengo reproches. Me tocó vivir noches inolvidables de Champions, partidos grandes, momentos de mucho crecimiento. Me voy en paz”, subrayó el actual jugador del Inter Miami.
Ahora, De Paul se suma al ambicioso proyecto del equipo estadounidense, con la ilusión de escribir un nuevo capítulo en su carrera, esta vez junto a su amigo Messi y en una liga en plena expansión. Su despedida del fútbol europeo deja huella, pero también lo impulsa hacia nuevos desafíos en tierras norteamericanas.