Julieta Prandi llegó con el rostro tenso y la mirada firme al Tribunal Oral de Campana, donde se desarrolla el juicio contra su exmarido, Claudio Contardi. En ese momento, Natalia, su hermana, que viajó desde Chile para estar a su lado, la abrazó entre lágrimas. Y de inmediato se viralizó tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación el conmovedor gesto entre ambas luego de tanto tiempo.
Natalia, con voz cargada de emoción y firmeza, expresó su deseo de que se imponga “la más alta de las condenas” y que “nunca más haga daño a nadie”. Su presencia fue un escudo emocional clave para Julieta en una jornada que navega entre la búsqueda de justicia y la reparación personal.
“Nos lograron alejar por un tiempo, pero ahora estamos acá”.
Ese abrazo entre Julieta y Natalia fue más que un gesto: se convirtió en un símbolo de resistencia y contención frente a lo vivido. El instante íntimo, captado por decenas de cámaras, mostró que, en medio del proceso judicial, la solidaridad familiar puede ser un refugio inquebrantable. Por otro lado, expresó -sin que le temblara la voz- que espera la peor condena para Claudio Contardi.
En una entrevista con Pamela David para el programa Desayuno Americano de América TV, Natalia, la hermana de la modelo apenas pudo expresarse: “Espero la más alta de las condenas y ojalá nunca más salga y nunca más haga mal a nadie, hubo mucho dolor”. A la par que comentó que son muchas emociones juntas y que la familia se mantiene unida anhelando justicia ante lo sucedido.
El mensaje fue claro tanto del lado de Natalia como de la propia Julieta Prandi: aunque la violencia intentó distanciarlas, este juicio es también una manera de reencontrarse y armarse desde el amor. El abrazo no solo calmó una herida visible, sino que proyectó esperanza en medio del dolor.