Siempre sincero, tajante y sin rodeos. De esta manera fue como se mostró nada más y nada menos que el doctor Alberto Cormillot, quien decidió hablar en una nota con Gente sobre si vida. En un determinado momento, el marido de Estefanía Pasquini, reveló que estuvo a punto de morir.
«Tuve dos meses de una infección gravísima: fiebre de origen desconocido, un resfriado difícil. Estuve a punto de morir. Y salí. Siempre digo: tengo buena cobertura médica, no voy a decir cuál, pero es muy buena. Eso, más hacer las cosas bien, más suerte. En nuestro país hay mucha inequidad en la atención médica», aseveró.
«Cuando tuviste tres cánceres, sabés que no tenés la vida comprada. Además, tengo una dislipemia, un colesterol familiar que he manejado, pero mis arterias siguen estando bien. Igual, sé que no tengo la vida comprada. Vivo cada día como si fuera el último. A full. Porque tengo que estar bien también por los demás, no solo por mí», señaló Alberto Cormillot.
«Cada uno define lo que significa ser abuelo. Yo soy abuelo de mis nietas. Pero mi mamá decía: ‘A mí no me digan abuela, yo soy abuela de mis nietas, pero no soy abuela’. Porque ‘abuelo’ puede tener una carga peyorativa. Yo soy una persona vieja. Pacho O’Donnell me dijo: ‘No tenemos por qué no decir ‘viejos’, porque lo somos'», aclaró.
«No se dice porque se considera un insulto, pero yo tengo asumido que tengo 86 años. Me faltan días para cumplir 87 y sigo haciendo todo lo posible para mantenerme. Me levanto a las 4, me cuido con la alimentación… todas las cosas que hacía en ese momento, las sigo haciendo», dijo.
«Nunca me pregunté qué va a decir la gente. Yo sé quién soy y cómo hago las cosas. El circo es mi hobby, pero lo hago con profesionalismo. El viejismo es una de las discriminaciones que sigue siendo explícita. No se dice ‘viejo’ porque se considera un insulto. Pero somos viejos. Yo tengo 86 y estoy orgulloso de estar así», sentenció cormillot.
