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ECONOMÍA

El Gobierno nacional aprieta con los encajes y se prepara para una nueva pulseada con los bancos

El Banco Central elevó el efectivo mínimo al 50%, el nivel más alto en 30 años. La estrategia busca absorber pesos, contener al dólar y anclar expectativas.

Encajes

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) endureció las condiciones monetarias hasta un punto inédito en las últimas tres décadas. El nivel de encajes bancarios —el porcentaje de los depósitos que las entidades deben inmovilizar en el Central— alcanzó el 50% en las cuentas corrientes, lo que significa que hoy hay más dinero “encajado” que circulando en la economía.

El objetivo oficial es claro: retirar pesos sobrantes para evitar que presionen sobre el dólar, consolidar la baja de la inflación y mostrar orden macroeconómico antes de las elecciones legislativas. Pero la medida abre una nueva pulseada con los bancos, que deberán afrontar vencimientos millonarios en un escenario de tasas cada vez más altas.

Un nivel histórico de encajes

De acuerdo con datos del BCRA y un informe de la consultora 1816, el nivel actual de encajes no se veía desde 1993. En números concretos, hay $24,6 billones inmovilizados frente a $23,9 billones en circulación. Además, la autoridad monetaria pasó a contabilizar los encajes de manera diaria y no mensual, con multas más severas para quienes no cumplan.

La presión se sintió de inmediato en las tasas del mercado. En un solo día, la caución bursátil pasó de 0% a 140%, reflejo de la fuerte absorción de pesos. El propio Central debió intervenir nuevamente con pases y simultáneas para dar liquidez mínima al sistema.

Los bancos, entre la licuadora y el Tesoro

La próxima semana vencen $13,7 billones de deuda en pesos, de los cuales $9,1 billones están en manos privadas. Con el nuevo esquema de encajes diarios, la incertidumbre sobre el rollover (renovación) es mayor. Los bancos reclaman previsibilidad y advierten sobre los costos crecientes de financiar al Tesoro en este contexto.

La consultora Equilibra estimó que el costo financiero de la estrategia oficial, con tasas crecientes, ya implica hasta $2,6 billones adicionales hasta las elecciones. En sus cálculos, un rollover del 90% con tasas similares a las últimas licitaciones representaría un 0,27% del PBI, monto comparable al costo fiscal de la Ley de Emergencia en Discapacidad aprobada en el Congreso.

Milei endurece el discurso y busca mostrar fortaleza

En paralelo, el presidente Javier Milei volvió a marcar la línea política en el Council of the Americas. «No hay convalidación monetaria de la suba del dólar, por lo tanto no hay traslado a precios», afirmó, descartando que la volatilidad cambiaria implique un rebrote inflacionario.

El mandatario, aplaudido varias veces por los empresarios presentes, pidió menos quejas: «Menos llanto por la volatilidad de tasas». Con ese mensaje, ratificó que el camino será mantener la disciplina fiscal y monetaria aunque incomode a los bancos y a sectores acostumbrados a operar con mayor liquidez.

Una pulseada clave en plena campaña

La estrategia oficial no está exenta de riesgos. El crédito privado en pesos ya muestra señales de enfriamiento, con tasas reales récord y mayor morosidad en préstamos empresariales. Sin embargo, el Gobierno apuesta a que la contracción monetaria refuerce la estabilidad cambiaria y consolide un escenario de inflación a la baja, condición indispensable para sostener el rumbo económico y político.

Con los vencimientos por delante y los encajes en su nivel más alto en 30 años, la próxima pulseada con los bancos será clave para confirmar si el Gobierno logra mantener el control del frente financiero en medio de la campaña electoral.