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POLÍTICA

En La Matanza y en modo electoral, Kicillof promete alivio tributario y financiamiento subsidiado en un guiño libertario

El gobernador bonaerense lanzó un paquete de medidas económicas que incluye créditos blandos, subsidios y desgravaciones impositivas. El trasfondo político es ineludible: recuperar aire en la recta final hacia la elección del 7 de septiembre.

Kicillof

No fue casual la locación: La Matanza, corazón del conurbano y de la Tercera Sección electoral, donde Axel Kicillof necesita dar señales de gestión para retener votos. Allí, acompañado por Verónica Magario, candidata a diputada, el gobernador bonaerense presentó este jueves un paquete de medidas que mezcla financiamiento, alivio fiscal y simplificación de trámites.

Con tono de campaña, Kicillof no dejó pasar la oportunidad de cruzar al presidente Javier Milei. “Hablaban de poner clavos en ataúdes, cruces en tumbas, pero lo que está enterrando Milei es la producción, la industria y el trabajo nacional”, disparó, en un discurso que buscó plantarse como contrapeso económico del Gobierno nacional.

Créditos y subsidios en clave electoral

La principal medida anunciada fue la creación de una línea de financiamiento por $1 billón para pymes, con un descuento de tasa del 5% que —según se adelantó— estará destinado a capital de trabajo y proyectos productivos.

A su vez, se confirmó un plan de créditos a tasa 0% para pequeños emprendedores agroalimentarios y productores de economías regionales, con foco en tamberos, porcinos, ovinos, apícolas y productores de pasturas en el sudoeste bonaerense. También se anunció una bonificación del 35% de la tasa vigente para créditos de inversión productiva.

El paquete se da en un contexto de tasas de interés disparadas tras la suba de encajes del BCRA, una política que Milei defiende como herramienta para estabilizar el dólar y contener la inflación, pero que dejó al crédito prácticamente inaccesible.

ARBA, alivios impositivos y trámites exprés

Kicillof también echó mano a la agencia tributaria bonaerense (ARBA) para dar aire a las empresas. Entre las medidas destacan:

  • Suspensión de embargos en cuentas por deudas impositivas hasta fin de año.
  • Devolución exprés de saldos a favor de hasta $3,5 millones en 72 horas, un aumento del 250% respecto del tope anterior.
  • Régimen para buenos cumplidores, que ajusta alícuotas y evita acumulación de saldos a favor.

Según Cristian Girard, titular de ARBA, se trata de medidas para “acompañar al sector productivo en un contexto difícil, facilitando el cumplimiento y cuidando el capital de trabajo”.

Contexto económico y político

El trasfondo de los anuncios no es solamente económico. El dato de junio del EMAE mostró una caída del 0,7%, y la industria viene reclamando crédito accesible para sostener el empleo. La propia UIA advirtió la semana pasada sobre la “preocupante presión” de las tasas de interés y la necesidad de líneas subsidiadas.

Pero también hay un cálculo político evidente. Kicillof se juega su futuro en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. Donde el peronismo llega dividido y golpeado por las internas con La Cámpora y el cristinismo duro. Desde la cárcel domiciliaria, Cristina Kirchner sigue siendo un fantasma incómodo para el gobernador, que busca despegarse y proyectarse como alternativa hacia 2027.

La estrategia: mostrarse gestor y opositor a la vez

En definitiva, los anuncios tienen un doble objetivo: aliviar la presión financiera sobre las pymes. Y, al mismo tiempo, instalar la imagen de un Kicillof gestor, preocupado por la producción. Especialmente, frente a un Gobierno nacional al que acusa de “secar la plaza de pesos” y “golpear a la industria”.

El guiño “libertario” en la simplificación de trámites y en la baja de impuestos busca atraer a un electorado desencantado que en 2023 se volcó a Milei. El riesgo: que estas medidas sean leídas más como manotazos de campaña que como políticas sostenibles.