Las relaciones diplomáticas entre Israel y Brasil atraviesan su punto más bajo en años, las tensiones se agravan. El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí anunció que redujo formalmente el nivel de contacto tras la falta de respuesta de Brasil a la designación de Gali Dagan como embajador en Brasilia.
Un distanciamiento que se arrastra
La medida no surgió de un hecho aislado, sino de una serie de desencuentros. Desde mayo de 2023, cuando Luiz Inácio Lula da Silva retiró al embajador brasileño de Tel Aviv, los vínculos no lograron recomponerse. La vacante nunca fue cubierta, lo que ya evidenciaba la frialdad en la relación.
La tensión se intensificó en febrero de 2024, cuando Lula acusó a Israel de cometer “genocidio” en Gaza y comparó la situación con el Holocausto. Sus declaraciones derivaron en la decisión israelí de declararlo “persona non grata”.
Acusaciones cruzadas y ruptura diplomática
El ministerio israelí remarcó que la “postura crítica y hostil” de Brasil hacia Tel Aviv se acentuó después del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023. A partir de entonces, cada declaración de Lula fue leída como una señal de mayor distanciamiento.
En Adís Abeba, el mandatario brasileño dijo: “Lo que está sucediendo en Gaza no es una guerra, es un genocidio”. Además, sostuvo que se trataba de un enfrentamiento desigual “entre un ejército altamente preparado y mujeres y niños”. Incluso comparó lo ocurrido con la decisión de Hitler de exterminar a los judíos, lo que provocó un rechazo inmediato desde Jerusalén.
Israel interpretó la falta de respuesta a la postulación de Dagan como la confirmación de que Brasil no buscaba recomponer los lazos. Ante ello, decidió retirar la candidatura y dejar las relaciones “en un nivel inferior”, según explicó la cancillería.
Pese a la crisis, desde Jerusalén aclararon que mantienen “profundos vínculos con numerosos círculos de amigos de Israel en Brasil”. Con este mensaje, el gobierno israelí buscó marcar que la disputa con Lula da Silva no representa un corte con toda la sociedad brasileña.
El enfriamiento de las relaciones diplomáticas con Brasil refleja un quiebre que se fue consolidando en poco más de un año. Lo que comenzó con el retiro de un embajador derivó en acusaciones cruzadas y, finalmente, en la reducción formal del nivel de vínculo entre los dos países.
