Ante la impronta de las algas en el panorama gastronómico mundial, conviene consultar a expertos. “No existe una solución milagrosa para la viticultura sostenible”, afirma Joe Nielsen. Él es el gerente general y director de vinificación de Ram’s Gate Winery en Sonoma. “Sin herbicidas ni productos químicos sintéticos, es necesario ajustar el horizonte temporal. No se ven resultados de la noche a la mañana como con los productos químicos. Pero hemos descubierto que el uso de algas marinas, con el tiempo, ha creado suelos y vides más sanos, lo que, en última instancia, resulta en un mejor vino”.

Usar algas para mejorar el vino puede sonar un poco inusual, pero es una solución agrícola ecológica que cada vez más viticultores adoptan. Su papel como proveedoras de alimento y hábitat para numerosas especies marinas, su capacidad para absorber dióxido de carbono de la atmósfera y reducir la acidificación de los océanos —lo que a su vez protege a todos los habitantes del agua— se menciona con frecuencia, aunque aún no se comprende del todo. Ahora, los científicos estudian cómo las algas, poderosas plantas marinas, ricas en nutrientes, puede ayudar a los agricultores.
“Los extractos de algas marinas potencian los procesos y actividades químicas del suelo”, afirma David McClintock, consultor de R&D Viticultural Services, quien estudia los beneficios de las algas marinas en los viñedos y es coautor de un artículo titulado “Efecto de la aplicación de extractos de algas marinas en el rendimiento de la uva de vinificación en Australia”, publicado en el Journal of Applied Phycology. “Como bioestimulante, aumenta la biota del suelo y facilita una absorción química más eficiente de los nutrientes del suelo”.
Su efecto en los vinos
Rociar extracto de algas antes del fermentado y más tarde en la temporada mejora el rendimiento y la acumulación de azúcar. Si las aplicaciones de algas se programan antes de las heladas o el calor, pueden proporcionar capas adicionales de protección, según sostiene McClintock.
Mike Sinor, enólogo fundador de Ancient Peaks en la Costa Central de California, usa las algas marinas como muchos de nosotros usamos las vitaminas, el yoga o el ejercicio. Es decir, como una poderosa forma de optimizar el cultivo. Sinor señala que las algas marinas no son una estrella solitaria en sus viñedos, sino que forman parte de su enfoque holístico y libre de químicos. «Usamos extracto de algas marinas porque ayuda a nuestras vides a absorber mejor los nutrientes», explica. «También funciona como fertilizante y como supresor del moho».
Uso de las algas
El extracto de algas se puede aplicar al suelo o como pulverización foliar. Nielsen aplica el extracto de algas a través de la línea de goteo, mientras que Sinor lo pulveriza sobre las hojas. «Al principio lo usábamos en nuestros suelos, pero ahora lo aplicamos directamente sobre las hojas«, explica Sinor, y añade que el equipo del viñedo lo aplica a las 1.000 hectáreas de uvas.

«Hemos realizado todo tipo de ensayos y comparaciones entre bloques, y hemos visto la diferencia que supone en cuanto a mejorar la salud general de la planta y su nivel de resistencia». Cultivar sin productos químicos, como el herbicida glifosato se está convirtiendo en una prioridad para cada vez más productores. Especialmente porque organizaciones como Napa Green exigirán a sus miembros que eliminen gradualmente su uso para 2026.
La exposición al glifosato ha sido vinculada por científicos de la Universidad de California en Berkeley con graves efectos para la salud. Tales consecuencias se traducen en enfermedades tales como cáncer de hígado, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Las algas marinas no actúan tan rápido como los productos químicos, por lo que los viticultores que emplean esta técnica apuestan por el futuro. Con su uso regular, se ha demostrado que las algas marinas mejoran la estabilidad microbiana, asegurando así la capacidad de la vid para absorber nutrientes vitales. Como resultado, se producen vides más sanas y fructíferas que las sintéticas.