El nombre del periodista uruguayo Eduardo Preve irrumpió con fuerza en la agenda política argentina tras anunciar que este martes difundirá nuevos audios del “Audiogate” en su programa radial, en un abierto desafío a la Justicia argentina. La promesa genera expectativa en medio del escándalo que envuelve a la Casa Rosada y, particularmente, a Karina Milei.
Preve, conductor de la columna “La Tapadita” en la radio M24 de Uruguay, se caracteriza por una premisa que guía toda su labor: el periodismo debe “difundir lo que alguien no quiere que se sepa”. Para él, las filtraciones son una herramienta indispensable que permiten evitar que los medios se conviertan en meros repetidores de los comunicados oficiales.
Trayectoria marcada por escándalos
Con una carrera sólida, que incluye más de una década en el diario El Observador y 16 años como jefe del noticiero Subrayado, Preve participó en investigaciones que derivaron en algunos de los casos más resonantes de Uruguay. Entre ellos, la caída del jefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano y las revelaciones sobre el narcotraficante Sebastián Marset.
Estas exposiciones le dieron prestigio entre sus colegas y el reconocimiento de la opinión pública, aunque también lo enfrentaron con sectores del poder político, que intentaron deslegitimarlo al tildarlo de “periodista militante”.
Críticas y amenazas
Pese a las presiones y amenazas recibidas en su país, Preve sostiene que no tiene miedo. “El deber del periodismo es cuestionar y vigilar al poder. Eso es esencial para cualquier democracia saludable”, suele remarcar.
Con ese mismo espíritu, ahora se mete de lleno en la política argentina al prometer audios que, según adelantó, darán un nuevo giro al escándalo de los presuntos sobornos vinculados al gobierno de Javier Milei.
Un actor inesperado en la escena local
El hecho de que un programa de radio uruguaya se convierta en el canal de difusión de un posible escándalo político argentino sorprende a analistas y dirigentes. Preve, con su estilo directo y desafiante, parece decidido a repetir en Argentina lo que ya hizo en Uruguay: incomodar al poder desde el periodismo de investigación.