En medio de la creciente tensión con el Gobierno nacional, los gobernadores del bloque Provincias Unidas volvieron a mostrar músculo político en un encuentro realizado en Río Cuarto, Córdoba. La reunión reunió a mandatarios como Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), quien dejó declaraciones contundentes contra la Casa Rosada.
El gobernador correntino no ocultó su malestar por el trato recibido en la capital del país: “Estoy cansado de ir a Buenos Aires y que me atiendan funcionarios de tercera línea, que ni siquiera prestan atención”, disparó, en clara alusión a la falta de diálogo con el presidente Javier Milei y sus principales ministros.
Valdés remarcó que la construcción del bloque no tiene motivaciones coyunturales ni de reparto de recursos. “Los gobernadores no nos llamamos para un ATN ni para recibir aportes del Tesoro Nacional o una obra pública. Estamos para una idea de país, un compromiso hacia adelante con los argentinos”, sostuvo, marcando un cambio de agenda en el vínculo entre las provincias y el Ejecutivo.
En su intervención, el mandatario correntino también destacó el rol estratégico que deben jugar los distritos del interior en el Congreso: “Es la primera vez que nos ponemos de acuerdo para decir que necesitamos poner las provincias argentinas un diputado nacional en Buenos Aires y no Buenos Aires un diputado nacional en las provincias argentinas”, subrayó según Perfil.
Respecto a las tensiones políticas y las demandas sin respuesta, Valdés fue categórico: “Si quieren una foto, tienen una foto del 9 de julio en Tucumán. No vamos a posar para una foto simplemente con motivos electorales. Queremos respuestas concretas y una Argentina diferente”.
Finalmente, el gobernador correntino resumió el espíritu de la cumbre con un mensaje de identidad federal: “Tenemos que dejar de ser el interior, para convertirnos en la República Argentina”. Sus palabras fueron celebradas por los mandatarios presentes, quienes coinciden en que el bloque Provincias Unidas busca proyectar una alternativa política con peso propio frente al centralismo porteño.
