Hace algunos meses, el mundo de la farándula quedó atónito de alegría, luego de que Rocío Marengo revelara su embarazo a los 45 años. En este sentido, la modelo brindó una entrevista con Infobae, donde abordó cada aspecto de su lucha personal para convertirse en madre. Por otro lado, la rubia destacó la importancia de la fe en esta búsqueda para tener a su primer hijo.
A través de una charla con «Teleshow», Rocío Marengo dejó en claro que su gran objetivo siempre fue convertirse en madre. En este aspecto, expresó: «Yo tenía claro que quería ser mamá y eso es fundamental. Yo no lo tomo como algo de la sociedad y de hecho si pienso en la sociedad, capaz que ser madre grande hasta es más jugado. Mis amigas eran mamás y yo estaba en pleno laburo. No estaba mi cabeza puesta en la maternidad, ni en frenar todo por armar una familia, ni por un hombre».
Posteriormente, Rocío Marengo reconoció que incluso habría sido madre soltera, en caso de no haber tenido pareja. Además, manifestó: «Sí, lo hubiese tenido sola. Pero si tengo que elegir, claramente, quiero esto que tengo ahora: una familia. Pareja, la familia, los dos pensar en estar con el bebito, pensar el nombre y pensar juntos en el futuro».
Por otro lado, Rocío Marengo destacó el acompañamiento de Eduardo Fort esta inclaudicable búsqueda. Puntualmente, declaró: «Me acompañó en mi deseo y en mi sueño, porque él tiene sus tres hijos. Para mí era intenso. Por momentos estaba triste, estaba en carne viva. Ahora miro para atrás y digo como hice, pero la verdad, no sé si lo hubiese hecho sola. Eduardo me sostuvo. En el momento que realmente no la podía más, estuvo ahí para decirme: “dale, tenés que ir”».
Finalmente, Rocío Marengo se sinceró y aseguró que la adopción todavía no era una opción contemplada. Por último, agregó: «No llegué a pensar en adoptar. Porque con todas las opciones que ofrece la ciencia, yo tenía unos pequeños caminos alternativos antes de pensar adoptar. Sí había pensado en tener niños en tránsito. Ahí sí llegué a inscribirme, y eso me parece un gesto hermoso, cobijar a un niño mientras busca una familia que lo pueda tener definitivamente».
