Las ideas se transmiten y la propuesta del Gobierno de Alberto Fernández no salió de la nada. En el año 2008, el régimen de Hugo Chavez en Venezuela creó la empresa estatal de alimentos y en unos meses una denuncia develó más de 130.000 toneladas de alimentos en mal estado. El problema fue que directivos públicos importaron deliberadamente más alimentos de los que podían distribuir con el objetivo de enriquecerse ilícitamente con las importaciones.
Varios especialistas indicaron que la cantidad de comida podrida en manos del Estado en 2008 habría podido alimentar a 17 millones de personas durante un mes. La idea de crear una empresa estatal salió tras el desabastecimiento de 2007. «Se adquirieron y crearon empresas que comprenden actividades de construcción, ingeniería, urbanismo, agricultura, manufactura y comercialización de bienes de consumo masivo, todas en regímenes de libre competencia con el sector privado respectivo», señaló la página web de PDVAL.
La Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos tenía como objetivo «garantizar el abastecimiento de los alimentos» de la canasta básica. Tras los escándalos de la comida podrida, en 2010, el organismo pasó a manos del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación. Sin embargo, la propuesta fracasó. Esto fue ratificado por la ONU tras un estudio de la población en 2021. Los datos reflejaron que uno de cada tres venezolanos no tiene para comer.
Por otro lado, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) en su informe Desnutrición 2021: El hambre azota a la población reclusa venezolana manifestó que el 70% de la población carcelaria en Venezuela presenta desnutrición severa. Además, el estudio afirmó que el 91,5% de los presos no consume proteínas y el 90,1% “no consume ni ha consumido frutas, ni verduras. ¿Dónde está el Estado socialista?
La empresa estatal se compone de locales de venta al público que poseen la estructura de un supermercado y están ubicados en el casco central y en otras zonas menos céntricas de cada estado del país. Algunas son completamente manejados por el Estado y otros por privados bajo la supervisión de dirigentes que responden a Maduro.
En definitiva, el ente estatal no ha solucionado la inflación de los alimentos y tampoco resolvió el desabastecimiento. El Gobierno argentino ahora planea crear una propuesta similar con la misma misión y visión de Venezuela, que terminó en casos de corrupción y falta de alimentos. Mientras la moneda argentina siga devaluándose, los precios seguirán subiendo con o sin Empresa Nacional de Alimentos.