El lenguaje inclusivo: el artilugio idiomático que no es aceptado por el Ministerio de Educación SOCIEDAD El Intransigente

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El lenguaje inclusivo: el artilugio idiomático que no es aceptado por el Ministerio de Educación

No cumplir con las normas curriculares del Estado implica imponer un sistema de signos que no es oficial.

A pesar de que el Ministerio de Educación nacional no permite la utilización del lenguaje inclusivo, en varios terciarios se utiliza con frecuencia e incluso en comunicados institucionales como en el «Lenguitas», un reconocido instituto de idiomas estatal. En otros casos, hay docentes que lo hacen de manera individual y hasta los alumnos como un método de rebeldía progresista contra las instituciones.

«Hace unos años que empecé a usar lenguaje inclusivo, como me sale, porque estamos aprendiendo: puedo decir ‘chicas y chicos’ o ‘chiques’ o ‘chiquis’. Lo que sí trato es no usar un lenguaje que no incluya a todos», explicó Diego, un docente de primaria a Télam. El dilema es el siguiente: ¿Es necesario en el nivel inicial o infantil utilizar idiomas no sexistas, cuando la formación sexual está en desarrollo? Todo indica que parece ser más una imposición ideológica, que una cuestión de solidaridad.

El lenguaje inclusivo es un sistema de signos escritos y orales para expresarse sin discriminar términos por sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género. Por lo tanto, la palabra bienvenidos suele ser escrita como «bienvenides» para incluir a todas las personas sin ningún tipo de distinción. En algunos casos la letra que define la palabra en masculino o femenino es remplazado por una «x», por ejemplo, «chicxs».

¿Es legal que las entidades educativas en Argentina lo utilicen? El exministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, había afirmado en varias ocasiones que es «un tema muy incipiente» y que representa la «utilización de algunos mensajes de colectivos como reacciones a otras situaciones», pero que no implica algo institucional, porque no posee un sustento gramatical. De hecho, por cadena de mando, ninguna escuela está habilitada para promover este tipo de expresiones ideológicas.

El actual ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, tampoco lo utiliza, aunque respeta a los activistas que deciden practicarlo en la vida cotidiana. Además, ha dicho en varias ocasiones que le parece más inclusivo priorizar desde el Estado la ayuda para que los chicos vuelvan a las escuelas como la incorporación de más vacantes a nivel nacional que priorizar el lenguaje «inclusivo».

Por ahora, la Argentina se maneja con las reglas que determina la RAE. Incluso, el organismo internacional considera que las expresiones “todxs”, “todes” o “tod@s” son “innecesarias”. Además, es cierto que hay palabras que abarcan al masculino y femenino como decir «bienvenidos», por lo tanto, la utilización de frases duplicadas para incluir a más colectivos como el caso de «los funcionarios y las funcionarias» no es correcto. En todo caso es enfatizar algo que ya está aclarado de antemano.

comunicado del terciario «Lenguitas» conocido formalmente como Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía E. Broquen de Spangenberg

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