La disputa entre el Frente de Todos y Juntos por el cambio, dentro del Congreso nacional, sigue más vigente que nunca. En este caso, la vicepresidenta de la nación y presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, echó a 40 asesores de la Unión Cívica Radical. El hecho ocurrió a principio de enero y ningún representante de la UCR presentó resistencia. Se sostiene que el personal cesado nunca realizó el trabajo por el cual estaban contratados.
Las tensiones dentro del recinto legislativo vienen de larga data. El pase de facturas es una constante. Desde el debate del Presupuesto 2022, donde Juntos por el Cambio no acompañó, hasta la sesión por el proyecto de modificación del impuesto de Bienes Personales. Aunque el Frente de Todos pudo sesionar, no olvidan el intento de bloqueo por parte de la oposición.
Cristina Fernández de Kirchner esperó el momento para tomarse revancha. La vicepresidenta decidió que se echen a 40 asesores de la Unión Cívica Radical. La Secretaría Administrativa de la Cámara de Senadores, fue la que ejecutó el pedido de la exmandataria. Ya le habían avisado a los parlamentarios de la UCR que debían achicar el plantel de asesores.
Desde el oficialismo sostienen que correspondía que sean removidos porque eran “ñoquis”. Argumentan que los supuestos asesores radicales no cumplieron ninguna función durante los dos años que hay de pandemia. Las personas despedidas formaban parte de la “planta transitoria” y, según informaron, nunca se supo exactamente qué función cumplían.
Por el lado del radicalismo, confirmaron que buena parte de los empleados trabajaban con el bloque de la UCR hace varios años. Pese a esto, ningún legislador o representante del partido hizo una denuncia pública por la decisión tomada por Cristina Fernández de Kirchner. Algunos radicales, recién ahora, comenzaron a decir que sucedió por un «pase de factura». Lo cierto es que los exasesores ya no cobraron los haberes del mes de enero.
