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ESPECTÁCULO

Gabriela Trenchi habló después de conocerse la sentencia contra Aníbal Lotocki

El excirujano de las famosas fue condenado a prisión pero aún no está cumpliendo sentencia.

Aníbal Lotocki

Hace unas semanas, Aníbal Lotocki fue condenando a 4 años de prisión y 5 años sin poder ejercer su profesión. El excirujano de las famosas comentió delitos de mala praxis en el cuerpo de varias personas. Entre ellas Silvina Luna, Stefy Xipolitakis, Pamela Sosa, Gabriela Trenchi, entre otras. Recientemente, muchas salieron a romper el silencio y contar como esto afecto en sus cuerpos.

En diálogo con «Mañanísima», Gabriela Trenchi mostró las secuelas en su cuerpo. Hace semanas, explicó todos los padecimientos que sufre a causa de una mala praxis. Ella fue por un levantamiento de cola y todo se salió de control cuando se despertó y notó que no le habían realizado eso. Gabriela Trenchi, además, aseguró que Aníbal Lotocki no la vio más después de eso.

Conversando con Carmen Barbieri, Gabriela Trenchi le confesó que estaba ahí para no fallarle a ella, pero que realmente se sentía muy mal. «Con mucho esfuerzo estoy acá. Hable con el psiquiatra porque tuve como un shock por el tema de la sentencia. Estoy con ataques de pánico e hiperventilación» comentó con mucha tristeza Gabriela Trenchi. Asimismo, aseguró que su enojo es que aún no se le dio de baja a la licencia de médico de Lotocki.

Por otro lado, Gabriela Trenchi remarcó que se desilusionó mucho con la sentencia que le dieron a Aníbal Lotocki. «Si a él lo hubieran deshabilitado cuando pasó lo mío Cristian Zárate estaría vivo y mucha gente no estaría dañada» expresó con mucho pesar. Asimiso, Gabriela Trenchi manifestó que no puede caminar. Al piso de «Mañanísima» asistió con un vestido y mostró las secuelas en sus piernas al aire.

«Se me ponen moradas porque el material parece que revienta venitas y tengo llenó de pelotitas hasta los muslos» comentó Gabriela Trenchi mientras iba mostrando las secuelas. Además, afirmó que es imposible que se retire el metacrílato de su cuerpo porque es un material díficil de expulsar del organismo. Por lo tanto, a pesar de las secuelas mentales que le dejo la mala praxis, también la acompaña de por vida el material puesto sin su consentimiento en el cuerpo.