Un total de 83 argentinos están varados en Ucrania desde el día jueves, luego de que el presidente Vladimir Putin anunciara la “operación militar especial” contra el territorio. A raíz de esto, numerosas familias quedaron a la espera de que les entreguen sus hijos concebidos mediante gestación subrogada, una práctica legal en el país pero prohibida en gran parte de Europa, pese a su demanda mundial. La publicación del canciller Santiago Cafiero mostrando a las personas con sus bebés no hizo más que estallar las redes al traer a colación lo que significa alquilar un vientre.
“5 familias argentinas con 5 bebés de vientres subrogados estaban alojadas desde el lunes en el sótano de la residencia de nuestra Embajada en Ucrania. Ya se encuentran camino a Polonia. Gran trabajo de la embajadora Elena Mikusinski y del cuerpo diplomático”. publicó el funcionario en su cuenta de Twitter, y agregó que “hay 83 argentinos registrados y 20 que están transitoriamente en Ucrania. Nuestra embajada continúa trabajando para brindarles asistencia”.
Críticas principales
Las críticas de los usuarios no se hicieron esperar, muchos de ellos marcando la diferenciación de las familias argentinas que alquilaron vientres del resto de los ciudadanos. “‘Con 5 bebés de vientres subrogados’ Soy la única a la que le parece una barbaridad esa acotación de nuestro canciller? Acaso hay diferentes tipos de bebés? Los bebés de padres rubios. Los de madres solteras. Los concebidos por error o buscados. Los bebés de padres ricos”, remarcó una internauta.
“No dejaron abandonados a los residentes argentinos solo salvaron a los que fueron en tour de compras . O de bebés es es lo mismo”; “Resulta que ahora el Estado se tiene que hacer cargo de los que van a comprar niños rubios”; “Y una vez que les quiten los bebés las van a dejar de vuelta a su suerte no?”, fueron algunas de las duras respuestas que la publicación recibió.
¿Cómo funciona la gestación subrogada?
Según la Agencia Internacional de Subrogación en Ucrania, Vittoria Vita, “en el país funcionan más de 30 clínicas privadas de infertilidad (en Kiev, Kharkov, Odessa, Dnipro) gracias a las cuales han nacido más de 12,000 niños”. También utilizan el término “turismo médico”, al explicar que, gracias a la legalidad y fácil acceso a este método de fertilidad, parejas de todo el mundo deciden invertir sus ahorros para la gestación de un niño. No obstante, la gestación subrogada solo está permitida para parejas extranjeras y está prohibido que parejas homosexuales o personas solteras accedan al derecho.
El proceso es bastante simple, acorde a cómo explican el funcionamiento del alquiler de vientres. En primer lugar, “una pareja casada paga a la madre subrogada la compensación financiera por su ayuda prestada cuyo monto está determinado por el contrato”. La gestante puede llegar a cobrar hasta 22.000 euros (aproximadamente, $2.662.000). Luego de firmar la documentación y dar paso a la gestación, “una madre subrogada se compromete a entregar el bebé recién nacido a sus padres biológicos después del parto, no adquiere la patria potestad del niño y no tiene derecho a impugnar estas acciones ante el tribunal”.
La pandemia de coronavirus, otro tema que reabrió el debate
Durante el cierre de fronteras por la pandemia de coronavirus, también se vivió una situación parecida, lo cual acrecentó las protestas de personas en contra de esta práctica. Según testimonios de las madres que deciden alquilar sus vientres, la pobreza es uno de los principales motivos. Los argumentos más fuertes para negarse a esta práctica son la cosificación de la mujer, la mercantilización del cuerpo y hasta la eugenesia.
