En medio de la pulseada por el traspaso de 32 líneas de colectivo a la Ciudad de Buenos Aires, se abrió una nueva arista de conflicto entre la administración porteña y la de Nación. En este caso, por los protocolos de la vuelta a clases. A diferencia de lo anunciado por el jefe de Gobierno de la Capital, Horacio Rodríguez Larreta, la Casa Rosada dispuso la obligatoriedad del uso del barbijo en las aulas.
A días del inicio del ciclo lectivo 2022, ministros de todo el país se reunieron este jueves para terminar de definir los protocolos sanitarios para las escuelas. En ese marco, la disposición nacional se diferenció de la Ciudad en la edad del uso del tapaboca. Mientras Rodríguez Larreta había dispuesto su obligatoriedad desde tercer grado, la Nación decidió que sea desde primero, es decir desde los seis años.
Ante esta situación, la disposición dictada por el alcalde porteño deberá ajustarse a lo discutido durante el encuentro en el Museo del Bicentenario. Las medidas de cuidado fueron acordadas en conjunto por el Ministerio de Educación de la Nación, la Sociedad Argentina de Pediatría, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Una por una: las nuevas medidas de cuidado
Las nuevas recomendaciones para el ciclo lectivo 2022 constan de seis pilares: vacunación, uso de barbijo, asistencia cuidada, ventilación, higiene y limpieza, y distancia. El Gobierno apunta a fortalecer la aplicación de vacunas contra el coronavirus y las del Calendario Nacional en alumnos, docentes, no docentes y la totalidad de comunidad educativa.
El barbijo deberá ser utilizado correctamente en las aulas desde el primer grado, tapando nariz, boca y mentón, y permaneciendo bien ajustado a la cara durante toda la jornada educativa en espacios cerrados. Los padres que deseen enviar a sus hijos menores de seis años con barbijos, cuentan con autorización. En espacios abiertos, no se requiere el uso de tapabocas, pero se debe mantener la distancia de 1.5 metros.
Se elimina el sistema de burbujas, y en casos de sospecha y positividad, se realizará una investigación que permita corregirlas medidas sanitarias. Desde el Ministerio de Salud, aclararon que “no implica necesariamente el cierre del aula ni la interrupción de las clases presenciales”. Además, se recomienda el aislamiento ante las siguientes situaciones: presencia de síntomas o malestar general, positivos de COVID o contacto estrecho con un caso confirmado y no cuenta con vacunación completo.
Por otra parte, desde la cartera a cargo de Carla Vizzotti destacaron que se sospechará de un brote de Covid-19 en un aula ante la presencia de al menos tres casos confirmados entre los alumnos y docentes– asociados epidemiológicamente en un periodo igual o inferior a siete días. Serán las autoridades educativas y sanitarias quienes definan el alcance y temporalidad de las medidas adoptadas.
En tanto, la sospecha de brote en el aula no implicará la interrupción de las clases en la misma. Al mismo tiempo, se informó que la ventilación del aula será de forma constante y cruzada; y además, habrá limpieza y desinfección frecuente de los ambientes, así como también, el fortalecimiento de la higiene de manos de toda la comunidad educativa.