La gira del presidente Alberto Fernández por Rusia y China, comenzó a repercutir en el mundo. Los dichos del primer mandatario generaron desde malestar a preocupación en algunas figuras políticas de los países. El que vio más de cerca el tema fue los Estados Unidos, quien es el más molesto por el tema. Los dichos de Fernández, son un tema, por otro lado, es la hegemonía norteamericana en el continente que se pondría en dudas.
En primer lugar, desde que Fernández habló sobre «no depender de Estados Unidos» en Rusia, se encendieron alarmas en Estados Unidos. Desde ese momento la administración de Biden comenzó a seguir más de cerca la gira presidencial. Además, eso se da en medio de la tensión entre los norteamericanos y los rusos por Ucrania. Por el otro, la visita a China y la larga lista de acuerdos también hizo preocupar a la estadounidenses, pero más que nada a la oposición republicana.
Rechazo al acuerdo con China
El congresista republicano Matt Gaetz advirtió este lunes que el acuerdo alcanzado con China para que la Argentina se incorpore a la Ruta de la Seda representa una «amenaza para la seguridad nacional» estadounidense. En un acalorado discurso, el congresista por el estado de Florida criticó a la gestión de Joe Biden por enfocarse en la crisis entre Ucrania y Rusia. Dijo que no se estaba dando la importancia al entendimiento entre la Casa Rosada y Beijing que se generó durante el encuentro de Alberto Fernández y Xi Jinping.
Gaetz sostuvo que «si bien el gobierno de Biden, los medios de comunicación y muchos en el Congreso hacen sonar los tambores de guerra por Ucrania, existe una amenaza mucho más significativa para nuestra nación. China es una potencia en ascenso. Rusia es una potencia en declive. Agudicemos nuestro enfoque para que no nos unamos a ellos en ese destino final».
“La Argentina acaba de unirse al Partido Comunista Chino al firmar la iniciativa de la Ruta de Seda. El costo para China fue de 23.700 millones de dólares, una mera fracción comparada con el billón de dólares que Estados Unidos ha gastado para construir democracias de arena y sangre en el Medio Oriente”, esgrimió Gaetz.
“La compra de influencia e infraestructura por parte de China en la Argentina para así colaborar en el espacio y la energía nuclear es un desafío directo a la Doctrina Monroe, y mucho más significativo para la seguridad estadounidense que nuestro último coqueteo con la OTAN en las llanuras de Europa del Este”, sentenció el republicano.
Los dichos de Fernández que encendieron alarmas
Alberto Fernández hizo un formidable favor diplomático a Vladimir Putin durante la gira. Durante su presentación ante el líder ruso, al comienzo del cónclave bilateral que protagonizaron en el Kremlin, el Presidente planteó que el país puede ser la puerta de entrada de Moscú a América Latina y cuestionó la relación geopolítica que la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene desde hace décadas con la Argentina.
“El contexto es muy favorable para vincularnos mas entre Rusia y la Argentina. Tenemos que ver la manera de que Argentina se convierta en una puerta de entrada de Rusia en América Latina, para que Rusia ingrese de una manera más decidida”, enfatizó Alberto Fernández ante Putin.
Esto encendió una alarma en la Casa Blanca. Para la gestión de Biden esto hace temblar las relaciones con América Latina y, mucho más, con la Argentina. Desde el país del norte comenzaron a dudar del país y de cómo desea salir adelante en la negociación con el FMI.
Ayer mismo, la visita del jefe de Gabinete al flamante embajador de Estados Unidos en Argentina sumó más explicaciones contradictorias y confusas. Juan Manzur estuvo ayer en la embajada de Estados Unidos. Fue una visita que en un contexto de mayor normalidad hubiese sido protocolar, exclusivamente. Las declaraciones previas del Presidente en Moscú le dieron otro significado. Y las estribaciones hacia el interior del oficialismo, también.
El tucumano se encargó de aclarar lo que dijo Fernández en Rusia, pero habría generado más contradicciones y las relaciones con Estados Unidos se ponen en duda. Además, debió esclarecer la interna oficialista por el tema FMI y tampoco logró poner paños fríos.