El preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la refinanciación de la deuda de 45.000 millones de dólares no cayó para nada bien el kirchnerismo. Tal es así que, a 72 horas del anuncio del presidente Alberto Fernández, Máximo Kirchner renunció a la presidencia de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, asegurando que no acompañará el proyecto cuando ingrese al recinto. Esa misma postura tomarían otros kirchneristas. ¿Se viene un nuevo boicot al jefe de Estado?
El hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner comanda una tropa de 16 legisladores, todos ellos de La Cámpora, espacio que Máximo lidera, pero además hay varios diputados del kirchnerismo “duro” y de sectores aliados de centroizquierda que comparten el rechazo al pago de la deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri. En este sentido, están analizando abstenerse o votar en contra de la iniciativa, según consignó NA.
Uno por uno: los que dirían no
Entre los diputados más cercanos a Máximo Kirchner se encuentran Leopoldo Moreau, quien en los últimos días se despachó con durísimas críticas al ministro de Economía, Martín Guzmán, por la estrategia: por no haber decidido la suspensión de los pagos de vencimientos de deuda apenas asumido, para poder negociar con el organismo internacional desde una posición de mayor fortaleza nacional.
El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, se mostraron complacientes con el anuncio del principio de acuerdo con el FMI, aunque eso fue antes de la explosiva carta del líder camporista. Ambos pertenecen al kirchnerismo duro y es posible que se allanen a la postura de Kirchner.
El líder de la Corriente Federal de Trabajadores, Sergio Palazzo, suele expresar posturas combativas, cercanas a las de Cristina Kirchner, y no utilizó ningún medio para elogiar el preacuerdo, a diferencia de muchos de sus pares de la bancada. También habrá que ver qué harán la bonaerense María Rosa Martínez, de la agrupación Kolina (referenciada en Alicia Kirchner), la kirchnerista de extracción sindical Vanesa Siley, la diputada de Nuevo Encuentro Mónica Macha, y Claudia Ormachea. Tampoco festejaron el entendimiento con el FMI.
El diputado Daniel Gollan también es contado entre los kirchneristas “duros”, y la forma en que se pronuncie sobre el acuerdo con el FMI develaría el juego del gobernador Axel Kicillof, ya que el sanitarista viene del Gabinete bonaerense. Entre los “paladares negros” se agregan Lisandro Bormioli, muy cercano a La Cámpora; Constanza Alonso, Rogelio Iparraguirre, Florencia Lampreabe, Rodolfo Tailhade, Lucio Yapor y Paula Penacca.
También están la chaqueña Lucila Masin; los chubutenses Santiago Igon y Eugenia Alianello; la cordobesa Gabriela Estévez; el entrerriano Tomás Ledesma; la jujeña Leila Chaher; la misionera Cristina Britez; los santafesinos Marcos Cleri y Magalí Mastaler; y la tucumana Mabel Carrizo. A ellos hay que sumar a los dos diputados de la Corriente Clasista Combativa (CCC): Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva.
En tanto, los tres diputados del Frente Patria Grande que tiene como referente Juan Grabois seguirían los pasos de Kirchner. Ellos son Itai Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho. Por fuera del Frente de Todos, están confirmados los votos en contra de los cuatro diputados del Frente de Izquierda-Unidad, que son Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Romina del Plá y Alejandro Vilca.
La difícil tarea para el sucesor de Máximo
A todo esto, el flamante jefe de bancada del Frente de Todos, Germán Martínez, intentará neutralizar las negativas y pujar con todos los medios a su alcance para convencer a la gran mayoría de legisladores oficialistas. Si bien se supone que muchos diputados de Juntos por el Cambio acompañarán la propuesta del ministro de Economía, el panorama sigue siendo incierto ya que no hay una estrategia definida y en la coalición opositora también hay objeciones al respecto.