El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, impuso a primeras horas del jueves la ley marcial en todo el territorio. La medida, que contó con el aval de la Verkhovna Rada, impuso una serie de suspensiones a los derechos civiles que deberán ser cumplidas mientras el país lucha contra las tropas rusas. A su vez, las autoridades tranquilizaron a la sociedad al decirles que “no entren en pánico”.
La ley marcial fue promulgada por el Estado ucraniano a través del decreto 64/2022 y difundida por los medios nacionales, al mismo tiempo que se activaron todas las alarmas en las ciudades, incluso en Kiev. De esta manera, se legitimó y legalizó la imposición militar y se le otorgaron facultades extraordinarias a las fuerzas armadas y policiales en el marco del conflicto internacional.
Por lo tanto, lo primero que hace esta medida de excepción es restringir las libertades civiles de la población y la autorización del Comando Militar, junto con el Ministerio del Interior y otros organismos de gobierno regionales, a establecer las medidas y poderes que regirán en este período. Entre las restricciones que pueden llegar a implementarse, se encuentran el servicio de trabajo obligatorio, la expropiación de bienes materiales, la restricción de la circulación, la prohibición de eventos masivos y restricción del uso de medios de comunicación, entre otras.
Se suspende, además, la posibilidad de los ciudadanos ucranianos a presentarse a elecciones, determinada por el artículo 38 de la Constitución ucraniana. A su vez, pone en pausa otros artículos, tales como el derecho a la propiedad privada y el derecho a huelga, por ser, este último, provocador de mitines y peleas con fuerzas de seguridad. Según informó el presidente, la ley durará un mes, pero hay posibilidades de que se extienda si la situación no se amortigua.
Las autoridades ucranianas esperan que, con la sanción de la ley marcial, las fuerzas militares y policiales enfoquen toda su infraestructura y capital humano al combate con las tropas rusas y la defensa de las fronteras, sobre todo al este del territorio y en las zonas disputadas del Donbass. El objetivo es prevenir los actos de vandalismo y los disturbios que se puedan generar entre civiles en las calles.
Antecedentes de ley marcial en Argentina
La última vez que se impuso una ley marcial en Argentina fue en 1976 durante la última dictadura militar. La declaración fue firmada por Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, entre otros oficiales de altos cargos. “Se comunica a la población que a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta Militar. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones”, informó Videla apenas derrocaron a la expresidenta Isabel Martínez de Perón.
Otro suceso anterior, pero que de igual manera marcó la historia argentina, fue durante la revolución fusiladora, un enfrentamiento que se dio en 1956 contra los perpetuadores de la cuestionada “revolución libertadora”. Pedro Eugenio Aramburu, para combatir los dirigentes y militantes peronistas, sancionó la ley marcial mediante el decreto 10.363/56 y dejó preparados los de pena de muerte. El levantamiento militar provocó fusilamientos clandestinos en basurales y descampados, aunque mucho antes de que se decretara esa ley. Todo fue documentado y escrito por el escritor Rodolfo Walsh en “Operación Masacre”.
