El default, que significa caer en morosidad, es lo que se trató de evitar en estas últimas semanas. Ante el acercamiento del primer vencimiento de la deuda y la espera por la aprobación del acuerdo con el FMI, la economía de Argentina necesitaba generar certidumbre para evitar quedar por fuera del sistema. Sin embargo, todavía las consecuencias de la crisis no esán saldadas, y eso se ve, por ejemplo, en la falta de reservas y la alta emisión monetaria.
El analista económico Fernando Soliño ahondó sobre las repercusiones que tendría Argentina si no hubiese aprobado el programa. “Si la Argentina no hubiere pagado o no paga en estos días, hay todo un proceso que se inicia de acá a 6 meses que entra en default. Con lo cual, Argentina no debe solo USD 45 mil millones, debe casi USD 400 mil millones”, explicó en Radio Rivadavia.
Asimismo, se caen todos los acuerdos con los acreedores y los bancos internacionales, tales como el Club de París o el Banco Mundial. Sin ese apoyo financiero, Argentina quedaría aislada del comercio exterior y, por ende, sin productos para llevar adelante la producción nacional. “Nosotros hoy necesitamos insumos importados para poder funcionar”, mencionó, agregando el problema del déficit.
Una Argentina distinta a la de 2001
Con respecto al crecimiento económico que hubo durante el default de 2001, Soliño remarcó que, a diferencia de ahora, había dos tipos de superávits. A diferencia de los últimos años, se exportaba más de lo que se importaba y estaba equilibrada la balanza de pagos. No obstante, hubo una importante devaluación del peso por sobre el dólar, al aumentar este $3 durante 2002.
“Siempre que hay un default, hay un costo”, remarcó el analista. “Si hoy se defaulteara, perderían los que tienen poder adquisitivo en pesos. Perderíamos los asalariados, perderíamos los productores, perderíamos todos como país”. “En el caso de haber default, va a haber un serio costo social, un serio costo económico, un serio costo de pérdidas para la gente. Vamos a tener una crisis política en la Argentina”, detalló.
Sobre los anuncios del presidente
Con respecto a los anuncios realizados por Alberto Fernández, Soliño explicó que “hay un paradigma político” en el marco del descontento de la gente por la inflación. No obstante, también destacó que la corriente que maneja el oficialismo es echar la culpa a los empresarios y especuladores de la inflación. Al contrario del kirchnerismo, todos afirman que se debe a la emisión monetaria.
En relación a los subsidios, comunicó que va a ser muy difícil quitarles el beneficio a la población. “Cuando tenés 20 años el yeso en la pierna, y lo quitás, esa pierna está atrofiada y vos no vas a volver a caminar. Los subsidios son importantes por una cuestión de misericordia para el pobre, pero no pueden ser permanentes. Hay generaciones que han crecido subsidiadas”.
