El viernes hubo shock y conmoción a nivel mundial por la inesperada muerte de Taylor Hawkins, el baterista de Foo Fighters. La famosa banda de rock se encontraba de gira en Latinoamérica y, momentos previos a presentarse en el festival Estéreo Picnic, se conoció la noticia del fallecimiento del músico. Las horas pasaron y las autoridades de Bogotá, lugar en el que se produjo el hecho, difundieron las posibles causas del deceso.
«En la prueba toxicológica en orina practicada al cuerpo de Taylor Hawkins se encontraron preliminarmente 10 tipos de sustancias, entre ellas: THC (marihuana), antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas y opioides«, reza el comunicado del Instituto de Medicina Legal de Colombia. De todos modos, no hay una conclusión definitiva sobre el fallecimiento del baterista.
Por los síntomas que presentó antes de morir, se estima que el integrante de Foo Fighters sufrió una descompensación cardíaca. «El Centro Regulador de Urgencias y Emergencias de la ciudad recibió el reporte sobre un paciente con dolor en el pecho en un hotel ubicado al norte de la ciudad», expuso la institución que asistió al músico.
Y añadieron: «Sin embargo, a la llegada de los equipos de la Secretaría de Salud, se encontraba una móvil de consulta de la empresa EMI. La profesional en salud que atendió la emergencia indicó que realizó las respectivas maniobras de reanimación. No hubo respuesta y el paciente se declaró fallecido».
El dolor de Foo Fighters
Antes de que la noticia llegue a los medios de comunicación, la banda a la que pertenecía Taylor Hawkins emitió un comunicado. «La familia de Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre».
