El presidente Alberto Fernández realizó un desplante en paralelo a la sesión especial que se realiza en el Congreso, para dar lugar a la aprobación del programa del FMI. Con un oficialismo con internas cada vez más frecuentes, el jefe de Estado lanzó una fuerte respuesta a horas de votarse el acuerdo. Andrés Larroque y Oscar Parrilli fueron algunos de los funcionarios kirchneristas que cuestionaron su autoridad.
Fernández ofreció un discurso en Salta, en el marco de la entrega de 40 mil viviendas y el crédito 40 mil. «Escucho hablar mucho de que las ideas que proponemos para poder hacer frente van a significar ajuste… Y yo me pregunto, ¿dónde están los ajustes?, si estamos poniendo dinero para que la gente se eduque, para la construcción de vivienda, para el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología», dijo.
Una vez más, defendió el programa con el FMI, si bien ha sido cuestionado por reducir drásticamente los subsidios energéticos y proponer un “ajustazo” en el sector privado. «Con este acuerdo no hay ajuste. Ajuste deberíamos haber hecho si hubiésemos caído en default«, explicó. También adelantó que a partir del viernes, para él, “habrá un panorama más alentador”, porque la Argentina «tendrá la certeza de que el problema de la deuda maldita que heredamos empieza a resolverse».
Más promesas de Alberto Fernández
“Ya mañana vamos a tener un horizonte más despejado en esta materia. Yo les agradezco a los legisladores que nos acompañaron con su voto. Y el año que viene, el viernes que viene… ¿Pasado mañana? ¿Hoy es? Mañana, mañana viernes, vamos a tener un horizonte más despejado. Sabremos que hay un problema que no se resolvió, pero que empieza a resolverse, que es esa deuda maldita que heredamos”, deslizó.
Con respecto a la inflación, el primer mandatario volvió a insistir con la guerra entre Rusia y Ucrania que azota la estabilidad económica mundial. “Ahora las guerras no son un teatro de operaciones donde se disparan los unos a los otros, ahora las guerras tienen consecuencias económicas y llegan a todos los rincones del mundo”.
Por último, aunque Alberto Fernández le respondió indirectamente al kirchnerismo duro, apeló a la unidad para llevar a cabo las soluciones que necesitan los argentinos. “La respuesta la podemos encontrar de un solo modo, juntos y unidos. No hay otra manera. Hay una Argentina que la gente piensa de distintos modos pero todos tienen los mismos problemas. Tenemos que encarar un tiempo distintos, donde unidos, podamos resolver los problemas de los argentinos en un mundo tan cambiado».
Oposición dentro del oficialismo
Para el sector izquierdista del kirchnerismo, el proyecto del FMI no es viable. El diputado Itai Hagman, del movimiento Frente Patria Grande, votó en contra de la aprobación, ya que “con este acuerdo veo difícil que logremos un proceso de crecimiento sostenido con redistribución del ingreso”. “La aplicación de las políticas del presente acuerdo no solo no van a solucionar ninguno de los problemas estructurales de la economía bimonetaria argentina, sino que los va a agravar”.
Claudio Lozano, director del Banco Nación y dirigente de Unidad Popular, también cargó contra Alberto Fernández. Al contrario de lo que afirma el presidente, para él si hubo un ajuste en la política económica, y se vendrá uno peor con el acuerdo. “No hay conciencia en la política económica, porque efectivamente la pandemia fue un problema, pero ciertamente, durante el 2021, hubo un ajuste practicado por la política económica”.
La Cámpora, la organización política más fuerte del peronismo, y mano derecha de Cristina Kirchner, expuso su preocupación por los ajustes en un extenso documento. Para el partido, no solo el FMI “se lava las manos”, sino que “vuelve a tomar el control sobre la economía argentina”, no para generar un crecimiento en el país, sino con el fin de solo reducir el déficit.