El debate por el acuerdo con el FMI encendió al máximo la interna política. Desde el Gobierno nacional buscaron el apoyo de Juntos por el Cambio. La oposición jugó un papel importante en la aprobación. Desde el retiro político quién también tuvo un actuación preponderante fue Elisa Carrió. La exlegisladora direccionó el acompañamiento opositor. Además tuvo tiempo de cruzar a los liberales y a la izquierda.
Desde el fin del Gobierno de Mauricio Macri, la exdirigenta de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, abandonó la política. A partir de diciembre de 2019 su figura se corrió de las grandes luces. Muy pocas veces salió públicamente a expresar su opinión. Aunque pase por desapercibida, aseguran que tuvo una trascendental injerencia para que Juntos por el Cambio vote a favor del acuerdo con el FMI.
El miércoles, cuando se confirmó que la oposición iba a votar a favor, se expresó y le atribuyó el convencimiento a su partido: «Felicito a toda la Coalición Cívica por haber llevado adelante la estrategia de evitar el default. Privilegiando los intereses de la Argentina por sobre intereses especulativos y personales», había posteado en su Twitter la exparlamentaria.
Su contraposición al default desencadenó en un ataque hacia aquellos que votaron en contra del entendimiento: «Nuestro deber es : 1. Parar el quiebre final de la Argentina y evitar el default. 2. Parar desde el parlamento y toda la sociedad el impuestazo. Porque el peor impuestazo es que hoy se declare el default. No podemos ser irresponsables. Ya vivimos el 2001 y no queremos que se repita«, publicó.
Entre Carrió, Gerardo Morales y Martín Lousteau, estuvo la gestión para que el partido disidente al Gobierno nacional decida acompañar el entendimiento. La UCR, desde el primer momento, tuvo como posición evitar el default. Uno de los que insistió en todo momento fue el gobernador de Jujuy. Sin embargo, presuntamente, no hubiera sido posible sin la ayuda de la exdiputada y el actual senador radical.