"En el estómago": Luis Ventura habló de lo que tuvo que atravesar años atrás en una intervención ESPECTÁCULO El Intransigente

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«En el estómago»: Luis Ventura habló de lo que tuvo que atravesar años atrás en una intervención

Siempre directo y sin filtro alguno, el periodista volvió a reflotar el tema de una operación que nunca imaginó tener que afrontar.

Luis Ventura

No se guardaron absolutamente nada y lo contaron todo. Esto sucedió en “A la Tarde”, el programa que conduce Karina Mazzocco a través de la pantalla de América TV, cuando hacían referencia a todo lo que se generó años atrás con el doctor Rubén Mühlberger, quien quedó en el ojo de la tormenta por la habilitación de su clínica y otras irregularidades. Quien volvió a contar su experiencia fue Luis Ventura.

Todo comenzó cuando la invitada del día, Nequi Galotti, relató lo que ella misma vivenció en la institución del médico. “Yo fui invitada por Mühlberger a hacerme tratamientos en la cara con máquinas con la promesa de quedar divina. Estuve en cuatro oportunidades, pero después no fui más porque había cosas que me parecían raras como por ejemplo que te pongan un suero sin ninguna etiqueta de nada”, lanzó.

Inmediatamente, fue el propio Luis Ventura quien tomó la palabra, y se dejó a todos con la boca abierta con lo que contó. “Yo sufrí dos consecuencias. La primera fue porque me iban a hacer un tratamiento que no tenía muy claro que era, y al final terminé operado del cuello, y después cuando me empezaron a poner electrodos en el estómago y el abdomen, fue que pasé a orinar sangre”, apuntó.

Duro relato

Días atrás, el periodista contó cómo fue que llegó a la clínica y brindó más detalles de lo ocurrido. “Empecé a ir por Moria, en la época en que eran socios. La verdad, es que yo iba a dormir la siesta. Me ponían electrodos acá, allá y esas cosas. Un buen día me cita a la mañana, tipo 7. Me pareció un horario inhabitual para hacer una práctica de tecitos, de bolud… Me pareció raro», afirmó.

“Llegué, me sentó en una camilla ondulada, donde tenés las piernas para arriba, y me puso un antifaz para dormir. Me dijo: ‘Vas a sentir frío en el cuello’. Me puso las bolsitas en gel esas congeladas. En un momento me saca eso y empecé a sentir movimientos en el cuello. Era una cosa como lejana, porque estaba todo adormecido. Sentía como tironeos. A los 20 minutos dije: ‘¡Me está operando!’. Pensé: ‘No le voy a decir nada, a ver si se le escapa una aguja o algo’. Salí todo vendado», sentenció.

Rubén Mühlberger
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