La reunión de la Mesa de Enlace, que agrupa las principales organizaciones del campo, con los jefes de bloques políticos finalizó en buenos términos este miércoles. José Luis Espert, como representante de Avanza Libertad, declaró que el encuentro fue “muy bueno”, aunque hubo disputas para tener la primera palabra. No obstante, el diputado redobló la apuesta al decir que “ojalá haya otra 125”, es decir, otro paro agropecuario como en 2008. Ante la contradicción que él mismo sostenía en apoyar a los piqueteros rurales, argumentó que no cortaban la calle todos los días.
“Estoy a favor de cualquier protesta del agro”, comentó en LN+, al decir que los productores se funden por las retenciones y la presión tributaria. Asimismo, dijo que las retenciones no representan nada de lo ingresado en el Estado, ya que engloban un 5% del ingreso consolidado. En vez de eso, podrían ir, según él, contra los planes sociales o “los ñoquis” estatales. “Echás algunos ñoquis y financiás la eliminación de retenciones”, argumentó.
«El Gobierno se merece otra 125»
Además de criticar al oficialismo por la grieta interna actual, llamó la atención el pedido de un piquete rural para que el Gobierno dé marcha atrás con los impuestos y retenciones. “El Gobierno se merece otra 125, ojalá que ocurra, porque lo que está ocurriendo con el agro es una cosa inadmisible. No hay ningún sector en la Argentina en donde se le saque un tercio de lo que vende”, explicó el economista.
Un periodista del plantel de Luis Novaresio le marcó lo que una 125 significa, denominada así por la resolución 125/2008 de Martín Lousteau, que desató el paro agropecuario por 129 días. “Ojo, Luis, porque una 125 equivale a cortes de calle y gente que no tiene nada que ver, que pretende circular”, remarcó. José Luis Espert contestó: “Sí. Para mí no es una contradicción, porque una cosa son los piqueteros que cortan la calle todos los días y otra es la quiebra de cientos de productores”.
El apoyo selectivo a piqueteros de José Luis Espert
El paro agropecuario patronal durante la crisis de 2008 fue una de las movilizaciones rurales más importantes de la historia argentina. Al establecerse un sistema móvil de retenciones impositivas a las exportaciones de soja, trigo y maíz, los productores cortaron rutas nacionales de varias provincias. Esto generó no solo desabastecimiento en los negocios y supermercados, sino también cruces con la sociedad.
Aunque el bloqueo era en protesta del poder político y en contra de Cristina Fernández de Kirchner, ciudadanos sufrieron la desidia de los piqueteros rurales. En Córdoba un corte de ruta demoró una ambulancia y causó la muerte por infarto de Natalio Porta, de 64 años, en un hospital de Villa María. El traslado fue interceptado en un corte de ruta que realizan los productores en Laboulaye. “El doctor les pidió por favor a los productores que nos dejaran pasar, pero no se movieron”, dijo uno de los que asistían al hombre.
Otro caso de agresión, también en Córdoba, fue en la Ruta 9, cuando una pareja se trasladaba de urgencia a un hospital, ya que la mujer estaba en trabajo de parto. “Había una persona con una bandera en medio de la ruta. Yo venía agitando un trapo blanco. Freno y les muestro que mi mujer no daba más, estaba con trabajo de parto. Le pego un par de gritos para que me dejara pasar, pero burlándose se paró enfrente de la camioneta”, contó Claudio Spallina, pareja de Natali Mollar. En vez de correrse, los manifestantes “me tiraron un auto encima. Se bajaron y comenzaron a golpear la camioneta y a agredirnos”.
Los hechos de violencia institucional y social fueron numerosos, y gran parte de la sociedad los padeció, pese a que no tenían relación alguna con el conflicto ni con ambas partes. Los ataques directos a personas inocentes en las rutas, muchas de ellas con urgencias, fueron casi moneda corriente, mientras en las góndolas de varias provincias casi no había productos básicos.