En las últimas horas la reconocida y queridísima actriz María Valenzuela, reveló la difícil situación que atraviesa desde hace tres años. Antes de que comience la pandemia por COVID-19, Valenzuela había decidido realizarse un tratamiento bucal que terminó con toda su paz. Esta mañana en «Socios del Espectáculo», habló el odontólogo Marcelo Carta y contó como salvará la salud de la actriz.
«Yo todavía no la vi, la va a empezar a atender mi socio allá en Buenos Aires para que no pase tantos días acá. Tiene dolores crónicos muy molestos cuando come y eso cuando se prolonga en el tiempo te daña física y mentalmente. El no poder masticar no es el único problema que tiene. Cuando venga acá voy a proponer que la vea un nutricionista y un psicoanalista», comenzó explicando el especialista
Además explicó que el término de «muelas de vaca» no existe, sino que María Valenzuela lo usó de manera metafórica. «No hay soluciones mágicas. Más allá de que voy a solucionar su problema. Esto la tiene muy mal, es muy estresante para ella, así que lo primero es darle contención. Es amiga de la familia, la llevaremos a pasear y después avanzaremos en la cura», expresó Carta.
Por último explicó como será el tratamiento que ya comenzó su socio, y que terminará el cuando la actriz viaje a Usuahia, que permitirá que la salud general y específicamente la bucal de la actriz mejore inigualablemente. «Voy a tratar de que desista de ese litigio del que habla porque genera un estrés adicional. Aparte yo jamás atendería a un paciente que está en litigio con otro colega por un tema de códigos. Mi propuesta es que ella vea lo que pueda conseguir de resarcimiento y yo le descuento mis honorarios», concluyó.
Un poco más descomprimido, el odontólogo reveló como fue que conoció a Valenzuela y forjaron una increíble relación. «Nos conocemos desde hace muchísimos años. Es amiga de mi mujer, estuvo en mi casamiento, conoce a mis chicos, yo a su vez a los suyos. Vivimos cosas lindas y feas. Cuando Malena tuvo el ACV se dio que yo estaba en Estados Unidos y fue a mi consultorio con un intenso dolor de muela de juicio. Desde afuera, sin verla, pedí que la deriven a un neurólogo urgente para ver qué era. Tres, cuatro horas después saltó que eso estaba avisando lo del ACV. Cuando volví conviví con ellas todo el proceso, por eso conozco bien lo que ha sufrido María».