En la antesala a la segunda ronda de negociaciones para hallar una salida pacífica al conflicto en Ucrania, el canciller ruso Serguéi Lavrov volvió a referirse a la posibilidad de que se desencadene una guerra nuclear. Frente a medios internacionales, el diplomático que responde a Vladimir Putin manifestó que la intención de impulsar el ataque atómico llega desde Occidente y que, frente a un hipotético escenario como este, Rusia responderá.
“Todo el mundo sabe que una tercera guerra mundial solo puede ser nuclear, pero les llamo la atención sobre el hecho de que esto está en la mente de los políticos occidentales, no en la de los rusos”, enfatizó este jueves el funcionario del Kremlin. Ayer, había anticipado que una escalada de violencia así sería “devastadora” para la humanidad y subrayó que fue el presidente de EE.UU, Joe Biden, el primero en nombrar la posibilidad de una guerra mundial.
“No está en nuestras mentes una guerra nuclear, no vamos a permitir ninguna provocación”, expresó Lavrov. Sin embargo, el funcionario ruso advirtió que Moscú no dudará en responder ante cualquier amenaza y advirtió que “si algunos elaboran un plan de guerra real contra nosotros, y pienso que lo elaboran, deben reflexionar bien”. “No dejaremos que nadie nos desestabilice”, expresó con tono serio.
La escalada de tensión, sanciones y amenazas va en ascenso a una semana del inicio de la invasión rusa a Ucrania. Mientras Occidente profundiza las sanciones financieras y políticas a Moscú, las fuerzas armadas de Putin atacan con más violencia a objetivos civiles ucranianos mientras preparan el golpe certero contra Kiev para instalar un nuevo gobierno. Este panorama se replica a nivel mundial donde el temor de una guerra mundial nuclear ya es una realidad, expresó la agencia Reuters.
De acuerdo al periodista español Álvaro López, el presidente ruso dispone de hasta 12.700 cabezas nucleares que tendrían un efecto pocas veces visto. Hasta el momento, este armamento se utiliza como disuadir, pero ante la advertencia del Kremlin se analizan los trágicos escenarios que desencadenaría su uso. Según la Universidad de Princeton, si Rusia utiliza el mencionado armamento morirían 2.600 millones de personas en 3 horas y en 24 horas puede llegar a matar a 90 millones.
Reacción civil a las amenazas
Medios internacionales advirtieron que el miedo a un ataque nuclear disparó la venta de las pastillas de yoduro de potasio en Finlandia y Suecia, dos países a los que Rusia amenazó con atacar si persistían en sus pretensiones de ingresar en la OTAN. En ambas naciones, las farmacias ya no cuentan con stock de este elemento que se usa para contrarrestar los efectos de la exposición a radiaciones nucleares.
De acuerdo a expertos, estas pastillas no son “antídotos” debido a que no protegen frente a la radiación externa ni contra sustancias radiactivas que no sean el yodo radiactivo. “Sólo pueden evitar que la glándula tiroides absorba el material radiactivo una vez que ya ha entrado al organismo”, expresaron y las autoridades europeas lanzaron un pedido para no entrar en pánico.