La tensión en el Frente de Todos no hace más que ir en aumento, tras lograr, el acuerdo con el FMI, media sanción en la Cámara de Diputados. A raíz del tweet del ministro de Desarrollo y secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque, se reabrió aún más la grieta interna. “Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la Vicepresidenta”, fue el posteo que decidió realizar hace unas horas.
Ignacio Labaqui, politólogo y docente de la UCA y de la Ucema, habló con CNN Radio sobre el impacto que la votación del acuerdo tuvo en la coalición de Gobierno. «Hay mucha tensión dentro del Frente de Todos por el tema del acuerdo con el FMI. Esto lleva más de un mes, desde que Máximo Kirchner anunció que renunciaba a la jefatura en bloque», remarcó.
Falta de acuerdos y consenso
Asimismo, teniendo en cuenta el antecedente de la derrota en las PASO, Labaqui fue contundente a la hora de definir las bases donde se asienta el bloque. «El Frente de Todos es una coalición que se hizo con una sola mira: ganar las elecciones y mantener el poder. Como esa perspectiva está seriamente comprometida, está produciendo tensiones», expuso. Apenas se conoció la derrota, alrededor de 10 ministros dispusieron su renuncia, aunque algunos, como Juan Cabandié y Luana Volnovich, rectificaron la decisión.
El politólogo advirtió que es difícil gobernar si la grieta interna es tan grande, sobre todo si la determinación del Poder Ejecutivo no es acompañada por una buena parte de los oficialistas. “Es muy difícil gobernar si, al votar un proyecto clave, de 118 diputados del oficialismo solamente 76 votan a favor”, explicó el politólogo. Las idas y vueltas de los funcionarios también fueron un factor que avivó la incertidumbre.
Futuro del Frente de Todos
En relación a los dos años que le queda al Frente de Todos en el poder, el experto señaló que “va a haber creciente tensión, pero no ruptura. Si se rompe, pierden todos, porque el gobierno de Alberto Fernández queda en minoría en ambas cámaras. Y si ya tenía difícil promover cualquier tipo de agenda legislativa con el Frente intacto, en minoría es aún más difícil. Y los integrantes del kirchnerismo duro se quedarían sin cargo y sin caja».
Así, comparó al kirchnerismo actual con un “matrimonio agrietado”, porque por algún motivo se quieren separar pero no pueden, y por eso están obligados a convivir. Sin embargo, no solo hay una consecuencia en la gestión, sino que se va a sentir. “A la tensión la vamos a ver más seguido”, por ejemplo, con los reajustes estructurales que se realizan cada tres meses.
«Uno de los compromisos light del acuerdo con el FMI es tener un nuevo presupuesto a mediados de abril. Ahí, nuevamente, podemos ver algún tipo nuevo de tensión. Uno pensaría que esto termina en una primaria en el 2023», expuso Labaqui. También subrayó cómo La Cámpora está directamente presionando a Martín Guzmán y, por ende, al presidente. No obstante, mencionó que no se puede desacreditar la autoridad.
Rol de la oposición
Por último, a la hora de mencionar el rol de la oposición para aprobar el acuerdo, el especialista destacó la importancia de su votación. «Logró dos cosas importantes: no ser responsable de empujar a Argentina al default y votar de manera unificada sin acordar explícitamente con un acuerdo que les parece malo. Si hay internas, las resolverán en Primarias».
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