Fuertísimo. Así fue lo que contó una de las conductoras más reconocidas de la pantalla chica, que recientemente brilló en Canal Trece, como es el caso de Dani La Chepi. Fue en “Agarrate Catalina”, el programa que conduce Catalina Dlugi a través de La Once Diez / Radio de la Ciudad, donde hizo referencia a la muerte de su padre, a nueve años de sufrir un ACV.
“Es que fueron 9 años con llamados constantes en los mejores y peores momentos de la vida de la familia. ‘Tu viejo tiene una hemorragia’, ‘A tu viejo hay que trasladarlo’… Mi viejo era un señor que estaba sufriendo dentro de un cuerpo, porque él no podía hacer absolutamente nada. Entonces, yo no me imagino, y se me pone la piel de gallina al decirlo, estar nueve años sin poder decirle nada a tus hijos, a tus nietos que te van a visitar… Sin poder tomar líquido, sin poder agarrar por tus propios medios la mano de tu señora… Yo creo que solo Hitler merece un castigo así”, reveló la rubia.
“La gente no decide cuándo irse, pero creo que sí decide cuándo soltar, cuándo aflojar el cuerpo y rendirse. Y siento que lo hizo cuando se fue mi hermano Marcos, el más chico, que era la luz de sus ojos. Él vino de España a visitarnos 15 días, y estuvo todos los días yendo a ver a mi papá. Yo creo que él lo estaba esperando. Y todos en la clínica nos lo dijeron, y mirá que los médicos no son muy espirituales… Y cuando mi hermano se fue, comenzó a descompensarse”, señaló.
Una situación muy dura
“Le empezaron a dar morfina y unos días antes me avisaron que estaba muy bien, pero es algo que suele ocurrir, como un pico antes de irse. En ese momento en el que se puso bien, yo me alegré. Por eso es tan angustiante el tema de la partida, porque, por un lado sentís alivio porque ya no va a sufrir y por otro, un gran dolor”, afirmó la conductora.
Inmediatamente, Dani La Chepi continuó con su relato. “Extraño la voz de mi papá. En mayo vienen a Buenos Aires dos de mis hermanos que no viven en el país y vamos a esparcir sus cenizas en Mar del Plata, que era el lugar en el que él quería vivir. Uno de mis hermanos me dijo que lo ponía triste no recordar su voz. Y es que en el momento en el que él tuvo el ACV, no se usaban tanto los teléfonos celulares, los mensajes de audio y los videos…”, reveló.
“Y con mi mamá encontramos unos VHS que los vamos a mandar a digitalizar para enviárselos a mis hermanos”, contó. “El consuelo me llega todos los días con la nena, con las personas que me preguntan si estoy bien, cuando leo la carta que me escribió mi viejo en 2009 y que en parte compartí en las redes el día que nos dejó. La tengo pegada en la heladera y no la pienso sacar porque él fue un ejemplo para mí. Por eso lo extraño tanto”, finalizó.