La venta más cara del fútbol argentino en lo que va del año estuvo protagonizada por River, Julián Álvarez y el Manchester City. Porque la transferencia significó un ingreso de 20 millones de dólares. Aunque algunos sectores de la prensa ponen en duda que el delantero pueda desempeñarse en la Premier League. Lo cual generó que se le consultara a Pep Guardiola. ¿Qué dijo? Decidió cortar de raíz los rumores y manifestar sus intenciones.
El joven atacante sorprendió con su rendimiento a lo largo de la Liga Profesional que consagró al Millonario. Por ende, esto provocó que varios clubes de Europa busquen quedarse con sus servicios. Sin embargo, la escuadra de Manchester fue la que aceleró y le ganó a todos de mano. Porque a comienzos de febrero se llevó a cabo la transferencia.
En un primer momento, se dijo que Julián Álvarez fue comprado por el Grupo City, luego por el Manchester City y que lo daría a préstamo. La realidad es una muy distinta y fue explicada hace unas horas. «Si lo contratamos, es para tenerlo nosotros. Primero, porque hay una cuestión básica que nos hace pensar que es un jugador para nosotros. Además, tiene potencialidad, se mueve de escándalo y huele el gol. Y el gol vale dinero, mucho dinero«, reveló Guardiola en Telemundo Deportes.
El entrenador señala que vio al jugador realizar sus movimientos por televisión y esto le permitió entender que se trata de alguien con gran futuro. Por lo tanto, el interés fue repentino. «Lo vieron como una opción de compra de ahora y con potencialidad hacia el futuro. La temporada que viene estará con nosotros, es algo seguro. Si no estuviéramos convencidos, el City no lo hubiese fichado y dejado el dinero en el banco. Creemos en él sí o sí», agregó.
Hay que recordar que River y el Manchester City firmaron un préstamo hasta diciembre cuando realizaron la venta. En caso de que el mismo se rompa en junio, los ingleses deberán pagar un millón de euros. Lo cual significa un ingreso extra al conjunto de Núñez por un jugador que vendió a comienzos de año. ¿Quién será su reemplazante? Eso es un secreto que Marcelo Gallardo guarda bajo siete llaves.