A bordo de un avión de la Administración de Control de Drogas (DEA), el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrentará un juicio por narcotráfico y posesión de armas. «Volverás Juan Orlando. Confiamos en la justicia de Dios y su misericordia», escribió la esposa de Hernández, Ana García, en su cuenta de Twitter.
El exmandatario, quien ha defendido repetidamente su inocencia, fue trasladado esposado de manos y bajo un fuerte operativo de seguridad. Hernández, de 53 años, es acusado de conspirar para fabricar y exportar drogas a Estados Unidos. Así como usar o portar armas de fuego o instigar a que grupos criminales las usen.
Acusaciones
El exmandatario, un exaliado de Washington que gobernó entre 2014 y enero de 2022, ha negado las acusaciones, basado en su mayoría en declaraciones de narcos hondureños durante un juicio a su hermano en Nueva York y asegura que son una venganza de los criminales por combatirlos.
Los fiscales federales en Manhattan, Nueva York, dijeron que Hernández recibió millones de dólares de organizaciones narcotraficantes, incluido el exlíder del poderoso cártel de Sinaloa, el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, y usó esos fondos para enriquecerse y financiar sus campañas políticas, informó Reuters.
A cambio, Hernández y otros funcionarios hondureños brindaron a los narcos protección contra investigaciones y arrestos. Les dieron acceso a información policial y militar y evitaron su extradición a Estados Unidos, según la acusación. «Hernández abusó de su cargo como presidente de Honduras desde 2014 hasta 2022 para operar el país como un narcoestado», sostuvo el fiscal general Merrick Garland.
«Hernández trabajó en estrecha colaboración con otros funcionarios públicos para proteger los envíos de cocaína con destino a Estados Unidos», agregó. A mediados de febrero, poco después de que la izquierdista Xiomara Castro asumiera el poder, el expresidente fue arrestado en su casa de Tegucigalpa.
