“En estos tres días goberné desde el sanatorio. Hice venir a mis colaboradores aquí”. El presidente Alberto Fernández se retiró ayer del Sanatorio Otamendi junto a la primera dama Fabiola Yañez tras ser padres el último lunes de Francisco Fernández. Sin embargo, el Jefe de Estado señaló que no abandonó el escenario nacional y ahora, ya instalado en Olivos, pasará un fin de semanas de repaso sobre desafíos claves que se avecinan a su Gobierno.
Uno de los puntos que analizará el Jefe de Estado junto a su entorno más íntimo es cómo afrontar el alza de la inflación. Tras conocerse el último martes que el mes de marzo registró un aumento del 6,7%, desde Casa Rosada analizan una serie de medidas para aplicar a futuro que busquen, principalmente, morigerar el impacto en el bolsillo ciudadano. Una de las que cobró fuerzas en las últimas horas fue el relanzamiento del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
La idea que hay en Balcarce 50 es que el beneficio sea destinado para aquellos sectores no sindicalizados, es decir, iría para trabajadores en negro y monotributistas. Desde el Ministerio de Economía sostienen que los fondos para abonar el nuevo IFE saldría de aquellos sectores que percibieron una renta extraordinaria por la suba de precios internacionales. Es decir, aportado por sectores productivos.
Como sucedió con muchas de las últimas resoluciones económicas, el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es considerado el argumento de muchos de los problemas locales. Ante la disparada, según el Gobierno, hubo sectores que tuvieron mayores ingresos por lo que apuntan a quitarle un porcentaje, por ejemplo, a los rubros de gas, petróleo, granos y minerales. Sin embargo, todavía no hay certezas porque este nuevo IFE deberá pasar por el Congreso -llegaría en el corto plazo- y ser aprobado.
Cambios en el Gabinete
Por otro lado, el Jefe de Gabinete tomará su lapicera para diagramar hipotéticos cambios entre sus ministros. Presionado por la crisis interna del Frente de Todos, el mandatario podría apelar a un “lavado de cara” para darle oxígeno a la gestión. No obstante, mantendría al cuestionado -por el kirchnerismo- ministro de economía Martín Guzmán y apuntaría a cambiar las segundas y terceras líneas.
“El propio Presidente habla de un recambio de Gabinete; quiere hacer un relanzamiento de su Gabinete, no solo con medidas, sino también con un cambio de nombres”, explicó la periodista Rosario Ayerdi en la señal de A24. De esta manera, se espera que la Quinta de Olivos sea el epicentro de funcionarios que van a pasar a diario para determinar quiénes son los nombres que pueden llegar a salir y a entrar.
Entre los posibles candidatos a entrar, se destaca el exministro de Defensa, Agustín Rossi, quien abandonó el Ejecutivo antes de las elecciones legislativas del año pasado. Actualmente considerado uno de los principales asesores políticos de Fernández, el santafesino aspiraría a quedarse con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), hoy a cargo de Cristina Caamaño.
En tanto, uno de los nombres a los que el mandatario pretende correr es Federico Basualdo, el subsecretario de Energía. Con claras diferencias con el títular del Palacio de Hacienda por el tema tarifas, el hombre de Cristina Kirchner en el área energética sería una piedra en el zapato para las políticas albertistas. Sin embargo, en la definición pesa la reacción que puede generar la hipotética salida en la Vicepresidenta.
Qué pasa con Sergio Massa
Según informó Ayerdi, en estos días el Jefe de Estado se reunirá con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. “El Presidente todavía no le ofreció ningún cargo, pero el debate del propio Massa es si ante esta interna fuerte que hay no debería él flotar en la Cámara de Diputados y dejar pasar el tiempo”, expresó Ayerdi en su análisis y dejó abierta la puerta para que se sume al Ejecutivo.
