Gabriela Cerruti, portadora de la voz presidencial, manifestó que el Gobierno nacional va a ejercer todo el poder de policía necesario para que los Precios Cuidados se cumplan. La medida hace recordar a los métodos represivos de Hugo Chavez y Nicolás Maduro en Venezuela cuando clausuraban los pequeños y grandes negocios que no cumplían con los precios que exigía el Estado.
«Hay que ser más rigurosos y ejercer todo el poder de policía para que se cumplan los programas de Precios Cuidados y de comercios de cercanía, la Secretaría de Comercio (Interior) está trabajando en este tema. Aquellos (empresarios) que se comprometieron y después no mandan los productos a las góndolas, vamos a hacer todo lo necesario para que se cumpla con el acuerdo», señaló Cerruti en Casa Rosada con respecto a la escasez de productos con precios regulados.
«Hay un grupo muy pequeño que tiene la posibilidad de hacer ganancias por la suba de los precios internacionales. Eso hace que tengan ganancias inesperadas, que tienen que ver con este momento particular (mayor demanda de trigo a nivel internacional por la guerra entre Rusia y Ucrania) y no con lo que invirtieron», sentenció la portavoz de la Presidencia, justificando las retenciones.
«En esta situación excepcional es necesario que esas ganancias sean distribuidas para que no se incremente la brecha de desigualdad», insistió Cerruti y luego agregó: «Nunca las medidas alcanzan y hasta que no logremos reducir considerablemente la inflación ninguna medida va a alcanzar». Es una realidad, que las medidas desde el Estado no alcanzan cuando la moneda se deprecia constantemente.
Precios Cuidados la copia de Precios Justos de Venezuela
«Acá conseguir lo básico implica mucho trabajo y mucho tiempo. Tengo una lista de 8 productos básicos y sus precios están regulados por el Estado por eso son escasos. La causa de la escasez son los controles de precios, porque hacen que revender sea más rentable y producir el peor negocio», señaló un cronista que hizo un informe hace unos años en Venezuela. Mientras tanto, en Argentina se plantea la misma receta fracasada.
