Marcelo Urbano, un albañil de 58 años y oriundo de la provincia de Córdoba, confirmó una noticia que podría llegar a cambiar el rumbo de su vida. De orígenes muy humildes y siendo casi analfabeto por no terminar la escuela primaria para poder trabajar, esta semana se enteró de que su padre es un empresario petrolero y bodeguero multimillonario. Se sometió a una prueba de ADN para corroborar el parentesco.
Según informaron los medios locales, su madre ya fallecida comenzó una relación con Eduardo Lapania, cuando ella trabajaba como empleada doméstica en su casa de La Falda, otra ciudad de Córdoba. De esta manera, hace 60 años, comenzaron una relación que dio, como fruto, a Marcelo, quien ahora reclama un resarcimiento económico por las décadas de abandono y falta de contención.
El empresario y padre de Marcelo, Eduardo Lapania, es presidente de la Bodega Don Cristóbal, ubicada en la provincia de Mendoza. Según precisa la página web de la empresa familiar, el predio abarca 131 hectáreas de viñedos propios en 4 fincas diferentes. Sin embargo, el bodeguero reside en Buenos Aires, aunque no se informó dónde exactamente.
A raíz de haberse criado en la pobreza y vivir el día a día, Marcelo encabezará una demanda por $100 millones. «Eduardo (Lapania) nunca reconoció ni aceptó a este hijo y su conducta nos ha llevado a la demanda que ha terminado con la filiación», comentó su abogado, Federico Crucella. El albañil tiene otros hermanos, los cuales fueron reconocidos y criados de forma totalmente distinta.
«Hay una disparidad evidente entre lo que ha podido acceder sus hermanos y Marcelo», remarcó el abogado. Por lo tanto, más allá de la relación o no que Marcelo pueda llegar a tener con su padre biológico, lo que él espera es que la Justicia se encargue de gestionar lo que le corresponde, a fin de poder lograr un poco de reconocimiento por su filiación.
