Un gran sacudón. Eso fue lo que se generó en los últimos días debido a un audio de Yanina Latorre que comenzó a circular en las redes sociales, en torno a una estafa que tuvo lugar en el colegio al que iban sus hijos, y que involucró a una joven de nombre Lola, que tiene 17 años de edad. En su cuenta de Instagram, la panelista de LAM se mostró tajante.
«Déjenme de joder con lo de mi audio de la chiquita Lola y todo lo que le pasó. Es un audio de mi vida privada que alguna infradotada viralizó No tendría por qué haberlo hecho, pero bueno. Voy a decir la verdad, yo le contaba a mi hija Lola lo que había pasado porque quería saber. Ella que es inocente, por no decir bolu…, mandó el audio a sus mejores amigas y, alguna de ellas, la traicionó y lo viralizó», afirmó.
«Como les decía, es un audio de la vida privada. Nunca me imaginé que me iba a pasar. Esto sucedió hace quince días, el tema es que los pibes y los padres del colegio son re chusmas. Se encargaron de mandárselo a todo el mundo. Chicos, yo no voy a hablar. La niña tiene 17 años, no hay nada judicial, los padres están devolviendo la guita. Y ya sabrán qué hacer con su vida«, lanzó Yanina Latorre.
El audio de la discordia
«Esta chica se dedicó desde el año pasado a sacarle fotos a todas las tarjetas de crédito de sus amigas, madres, hermanas. Iba a su casa y sacaba las tarjetas de crédito. Abrió una cuenta de PayPal a nombre de Trini (otra de las chicas). Encima, la mamá de Trini a ella le paga la facultad porque los viejos de ella están mal económicamente. Y, en esa cuenta de PayPal, metió todas las tarjetas. Tenía como 25. Hasta ahora, la sumatoria es de 25 mil dólares que estafó. Se dedicó a pedir sushi, comprar carteras, vuelos internos por Estados Unidos. Se fue a vivir de las 25 tarjetas», señaló Yanina Latorre en el audio.
«En una reunión de las ocho amigas, se dieron cuenta de que a todas les había pasado lo mismo (sus padres les habían cancelado las tarjetas). Entonces, saltó que tenía que ser una del grupo. Bueno, te la resumo, a Maia, que es vivísima, le faltaba un collar de Tiffany con un corazón negro, que no es muy común. Esta pelot… un día aparece con el collar puesto. Ahí ella le dice: ‘Es el mismo que el mío’. Y Lola le dijo que su mamá se lo había regalado este verano en Miami. Maia ahí ató cabos: ‘ella me robó el collar’, ‘¿No habrá sido ella?'», sentenció.
