A lo largo de las últimas semanas hubo varios casos de pérdidas de monóxido de carbono que terminaron en tragedias. El hecho más destacado ocurrió en Recoleta, donde 5 personas en una familia de 11 perdieron la vida a raíz de un desperfecto en un monopatín eléctrico. Sin embargo, el gas fue protagonista de otros dos sucesos durante las últimas 24 horas y los especialistas lanzaron advertencias.
La neumóloga Rosa Estevan le explicó a Télam que lo llaman el «asesino silencioso» porque «no tiene olor, color y no se nota, cuando lo haces es porque ya estás intoxicándote«. En este mismo sentido, alertó que entre 190 y 200 muertes al año se producen a raíz de este motivo y en su gran mayoría «se dan durante la noche porque la gente está dormida y no percibe los síntomas».
Seguido a esto, la investigadora detalló que las estufas de gas son uno de los artefactos que más peligro generan durante las noches porque al no estar despiertos no hay una recepción de la intoxicación. «La gente puede notarlo porque empiezan con una sensación de embotamiento, dolor de cabeza, adormecimiento, hasta que la persona se queda dormida y se muere. Es una muerte muy peligrosa porque la gente no se da cuenta de lo que está sucediendo», agregó.
En el sentido técnico, Estevan indicó que el problema provocado con el monóxido de carbono es que se adhiere a la hemoglobina, proteína de los glóbulos rojos que lleva oxigeno a los pulmones y el resto del cuerpo. Además, advierte que es veinte veces más rápido que el oxigeno e incluso llega a desplazarlo una vez que están dentro del sistema circulatorio.
¿Cómo prevenir una fuga de gas mortal?
«Una de las formas rápidas de prevenir es ventilar el ambiente. Si hay personas que parecen afectadas, lo más acertado es sacarla al aire libre», señaló la investigadora sobre las medidas de prevención. Además, indicó que «siempre hay que mantener ventilados los ambientes. Una vez al año hay que revisar los artefactos de gas y revisar que la llama siempre sea azul. Es importante no calefaccionar los ambientes con las hornallas de la cocina porque eso consume el oxigeno del lugar», concluyó.
