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POLÍTICA

Crisis política: Claudio Moroni ofreció su renuncia pero Fernández no se la aceptó

El ministro de Trabajo es uno de los últimos hombres que le quedan al presidente. Esta tarde renunció Gustavo Béliz.

Claudio Moroni

Claudio Moroni, titular del Ministerio de Trabajo, ofreció su renuncia a la Presidencia este jueves, pero Alberto Fernández no se la aceptó y lo ratificó en su puesto. En medio de las expectativas por los cambios en el Gabinete, la crisis política sacude al Gobierno nacional. Hace tan solo unas horas renunció Gustavo Béliz, ahora exsecretario de Asuntos Estratégicos y uno de los alfiles del jefe de Estado.

Alberto Fernández no quiere quedarse solo

La periodista Rosario Ayerdi confirmó en A24 los movimientos que hay dentro del Gabinete. La primicia se dio casi al mismo tiempo de la suspensión de la conferencia de prensa de Gabriela Cerruti, en donde se esperaba información oficial sobre lo que está pasando dentro de la Casa Rosada. Alberto Fernández no quiere quedarse solo ante la coyuntura socioeconómica que atraviesa su gestión.

Alberto Fernández no lo quiere fuera del Gabinete”, indicó Ayerdi. “Lo que le está diciendo es que continúe en el ministerio de Trabajo bajo el ala de Sergio Massa”, agregó. Acorde recordaron en el mismo medio, Moroni cuenta con un amplio apoyo de los sindicalistas, aunque cuestionado por el kirchnerismo. Con respecto a Silvina Batakis, la ministra le habría pedido también la renuncia verbalmente.

¿Qué pasa con los funcionarios de CFK?

Con respecto a los funcionarios que están aliados a Cristina Kirchner, como Luana Volnovich, Wado de Pedro, entre otros, todavía no hay novedades. De esta forma, se vislumbra un fuerte cimbronazo entre el círculo del presidente, que cada vez está más debilitado al no tener a Matías Kulfas y Martín Guzmán, dos de sus hombres más fuertes. Por el momento, se verá lo que suceda en las próximas horas.

Aunque desde el Gobierno nacional todavía mantienen reserva por los cambios, los rumores son cada vez más cercanos a una realidad que a una mera suposición. Con un año y medio de gestión, el jefe de Estado deberá encauzar su gobierno con la oposición, el campo y su propia coalición a sus costas, pese a que, en los últimos actos, reafirmó su rol como autoridad máxima del Ejecutivo.