El fanatismo no conoce fronteras y tampoco sabe de obstáculos. Porque cuando los colores llaman, la pasión es el motor que activa todo. «Tenía que estar», expresó Iker Muniain, ídolo y capitán del Athletic de Bilbao, sobre su aventura para estar presente en la final de la Copa Libertadores del 2018. Una que lo llevó a escaparse de su club con el objetivo de ver a River y no perderse la consagración histórica ante Boca.
«Se jugaba una final esperadísima. Yo soy muy fanático de River y dije ‘tengo que ir a Madrid a ver ese partido, tengo que estar alentando’. Se dio la casualidad que la final era el domingo y con el Athletic de Bilbao jugábamos el lunes», manifestó en una charla con Movistar Plus. Sin embargo, el contexto de su equipo no era el mejor, pero no lo pensó ni dos veces.
«Nosotros estábamos en descenso, el equipo era horrible, habían echado al entrenador. Pero esta oportunidad es una vez en la vida, tenía que estar», relató Muniain sobre una decisión de la cual estuvo lejos de arrepentirse. «Llamé a Omar que es una persona de confianza, y le dije ‘alquilamos una furgoneta, vamos a Madrid y vemos el partido, después nos volvemos durmiendo‘. Sabía que el lunes no iba de titular. Me la podía jugar un poco», agregó.
Al ser un jugador muy reconocido en España, no podía acercarse al Santiago Bernabéu sin algún tipo de protección. Por lo tanto, Iker tuvo que rebuscarselas para pasar desapercibido, y lo logró. «Había varias personas de River, no podía ir con la cara descubierta porque iba a salir en todos lados. Entonces cogí una peluca, unas gafas, una gorra, fui como un barra brava«, contó.
¿Y si lo llama Gallardo?
No hay dudas que Iker Muniain sueña con defender algún día la camiseta de River en el Estadio Monumental. Sin embargo, su salida del Athletic de Bilbao es muy complicada de lograr. En primer lugar, es el capitán del equipo. Mientras que en una segunda instancia, su ficha es demasiada elevada. Ya que Transfermarkt lo tiene cotizado en 16 millones de euros. Algo impagable para el fútbol argentino.