Durante los últimos días, comenzó un nuevo capítulo del WandaGate, luego de que se difundiera el audio en que Wanda Nara confirmaba que se está divorciando de Mauro Icardi. Al igual que en la situación anterior, Yanina Latorre logró tener toda la información de lo que está sucediendo. Es por esto que, habló en ‘LAM‘, y decidió mandar al frente a la figura.
Cuando comenzó el WandaGate, Yanina Latorre fue la principal panelista de espectáculos que compartió todo lo que sucedía, ya que conversaba con Wanda Nara. Esto mismo sucedió ahora, que comenzó un nuevo capítulo, tras el audio en que la figura confirmaba su divorcio con Mauro Icardi. Es por esto que, la llamaron en vivo en ‘LAM’, para que cuente todos los detalles de lo que está sucediendo.
«¿Le crees el divorcio?», comenzó preguntándole Ángel de Brito, y Yanina Latorre sentenció: «A ver, no es que no le creo. Yo creo que ella está agregando lo del divorcio, que se lo dice a la empleada. Pedido a Ana Rosenfeld y papeles de divorcio no hay. Lo cierto es que ellos, desde el año pasado, nunca pudieron recomponer, se llevan para el cu…, se matan, discuten, se amenazan. Pero no es que dijeron ‘vamos a divorciarnos’, siguen así.
Entonces, Yanina Latorre decidió mandar al frente a la figura: «Wanda no se quiere separar porque ella cree que separándose le da el gusto a la China Suárez. Una estupid…, pero es lo que ella piensa. Ese es el motivo, ella cree que Mauro es un trofeo, tiene una guerra ella sola, fría y silenciosa. Todas sus amigas y su entorno dicen que ella está obsesionada con la China… Tiene pánico de que si ella se separa de Mauro, entraría en acción la China».
En cuanto al tema de la empleada, la panelista contó que «esta señora que se llama Carmen, es una mujer que se la llevó Wanda hace 5 años, se la consiguió Ana Rosenfeld. Ella las consigue, las entrevista, le da el visto bueno, le consigue pasaje de avión y se las manda. Hace 5 años Wanda se la llevó a Italia, y cuando a Mauro lo venden a París, Wanda la deja en Italia, cuidando la casa, para que ellos, cada vez que volvían, la mujer los atendía».
