Siempre dispuesta a decir lo que piensa. Así es como se muestra nada más y nada menos que Cristina Pérez, una de las periodistas más directas, sinceras y reconocidas de los medios de comunicación de nuestro país. Todo sucedió en «Cristina Sin Vueltas», el ciclo que se emite a través de Radio Rivadavia, done apuntó contra el gobierno nacional en torno a la foto del encuentro entre Sergio Massa y Cristina Kirchner.
«Sergio Massa, que alguna vez prometió meter presos a los corruptos, apareció en la foto con Cristina Kirchner, el mismo día en que esta fue acusada como la jefa de una asociación ilícita que junto a Néstor Kirchner instaló ‘una extraordinaria matriz de corrupción’. No son ironías de la historia, son falsedades de las personas, las que el paciente tiempo revela con minuciosidad. Es la foto que deja afuera al presidente. ¿Qué habrá pensado Silvina Batakis que aún es la ministra de Economía, ahora fantasmagórica, pero que cruzó 24 días y 24 noches el desierto de la ausencia de aval de Cristina?», comenzó indagando.
«Que la primera fotografía de Sergio Massa con la vicepresidenta sea anterior a su asunción y no incluya al presidente es sintomático de una acción en pinza que, según la reconstrucción de los hechos, comenzó cuando aún Martin Guzmán era ministro de Economía. Batakis fue la resistencia solitaria y final de Alberto Fernández. Ahora, Cristina hasta parece dispuesta a tolerar como si nada, mucho más de lo que crucificó a Guzmán. Cosas del poder», afirmó.
Tajante
Más directa que nunca, Cristina Pérez fue por más. «La foto de Cristina con Massa es la foto de un golpe institucional, amortiguado por el contubernio y la necesidad, para hacer un bypass de poder luego de debilitar al máximo al presidente que más se dejó debilitar desde el regreso a la democracia. En este trío no hay inocentes. La expectativa que genera Sergio Massa en los mercados es cierta. Todos saben que no tiene otra que jugarse todas las fichas a hacerlo bien y que por poder siempre estuvo dispuesto a todo», lanzó.
«Ese contorsionismo hoy le sirve de insólita garantía y es el que pone en segundo plano, esa nimiedad de los valores o las contradicciones morales. En medio de la malaria, cualquier atisbo de estabilidad propicia indultos de los más extraños. Los repentinos crédulos suelen ser parte del folklore y tienen caras parecidas a las de los devotos tempranos del fenecido Alberto moderado. Por más escenas teatrales que aparezcan en iluminadas marquesinas, no es comedia sino drama, hondo drama lo que estremece a la Argentina. Nadie lo sabe mejor que el ciudadano de a pie, cuya calidad de vida, se deshoja en penas, al paso cruel y sin pausa de la fulminante inflación. Cristina y Sergio sonríen para la foto», finalizó Cristina.