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ESPECTÁCULO

Mimi Alvarado habló de cómo vivió el alcoholismo de El Tirri: «Padecí»

Dejó muy en claro que fueron momentos de mucho dolor.

Mimi Alvarado
Mimi Alvarado.

Sincera, sin pelos en la lengua ni tapujos. Así fue como se mostró Mimi Alvarado al momento de hablar de su pareja, Luciano El Tirri, y de su adicción al alcohol. Esto sucedió en medio de una entrevista con “Intrusos”, el programa que lleva adelante Florencia de la V a través de la pantalla de América TV, donde no se guardó absolutamente nada.

“Yo padecí su alcoholismo durante cinco años. Yo era una niña. Él recalcó que cuando me conoció no quería que estuviéramos juntos porque no me quería hacer daño porque me veía muy joven. Cuando Luciano me conoció a mí, yo era una estudiante de periodismo y tenía 25 años. Hoy tengo 37 años, estuve dos años soltera y después, toda mi vida con Luciano«, comenzó asegurando.

“Con él maduré mucho. Me monté una mochila de un hombre que llevaba diez vidas, tenía hijas, era un nómade como él mismo dice. A Luciano lo veía como un niño, como una excepción a mis reglas, y yo sentía que lo tenía que cuidar. Esas cosas él a Marcelo (Tinelli) no se las contaba. Él encontró en mí un refugio. No sé si era por vergüenza que no le contaba a Marcelo, pero tú sabes que hay gente a la que le cuesta abrirse. Él, en mí, vio a su compañera de vida”, destacó Mimi Alvarado.

Además, contó cómo se fueron dando las cosas cuando se conocieron. “Cuando yo lo conocí él era nómade, sin nada, no era millonario. Y él me encontró en la Argentina siendo yo una hija de mami y papi. Yo era muy chiquita. No me arrepiento de haberlo cuidado y de haber estado con él. Imaginate todo lo que yo sufrí cuando Luciano tomaba alcohol. Yo sufría porque yo soy una persona muy estable. Cuando lo conocí, él no era tan alcohólico. A él se le fue potenciando”, destacó.

“Yo no me daba cuenta. Y me di cuenta de que era algo tremendo cuando vi que nosotros podíamos estar en cualquier sitio, pero él no podía estar sin tomarse una copita. El alcohol era su amigo, lo hacía desinhibirse, era una dependencia. Después me di cuenta de que cuando él se tomaba una copita, a los dos minutos, ya estaba borracho. Ya no tenía aguante ni siquiera. Yo decía, ‘tengo dos novios: uno es el niño de cinco años, que es cuando está ebrio. Y el otro es un señor con todas las letras, cuando está sobrio”, sentenció Mimi.