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POLÍTICA

«Nos robó todo»: se sumó una nueva arrepentida de Milagro Sala

Milagro Sala sumó otra denuncia en su contra luego de que Mirta «Shakira» Guerrero se transformara en una arrepentida.

Milagro Sala

Milagro Sala sumó otra denuncia en su contra luego de que Mirta «Shakira» Guerrero se transformara en una arrepentida. La líder de la Tupac Amaru, que se encuentra con prisión domiciliaria, fue acusada por su exmano derecha durante 26 años. Seguidamente se agregó Isabel López, quien también contó lo que vivió con la detenida en Jujuy.

La dirigente jujeña se encuentra cada vez más sola por parte de quienes la acompañaron durante su gestión al mando de la organización vecinal Tupac Amaru. Tras la entrevista que le hizo Jorge Lanata a Shakira Guerrero, salió otra mujer que explicó su mala vivencia con Milagro Sala. Isabel López habló en Radio Mitre con el reconocido periodista y confesó que recibía golpes por parte de la dirigente.

“Yo estuve en la organización desde el 2000. Armamos cooperativas, trabajé en la sede, estuve en varios sectores y viví de cerca la época en que Milagro controlaba todo», admitió en «Lanata Sin Filtro». A continuación comentó los destratos que recibía: «Me llamó a su casa junto a otro compañero de prensa, y me empezó a pedir ciertos videos que yo no le podía dar, ya que no soy técnica. Me empezó a insultar y me dio trompadas en la cara”, indicó.

Tras el ataque recibido, Isable López decidió realizar la denuncia correspondiente en la comisaría del lugar. Sin embargo la demanda no avanzó ya que ella «trabajaba para Sala». El problema no quedó allí porque la líder de la Tupac Amaru se enteró del intento fallido de denunciarla. En vez de conseguir tranquilidad, López confesó que todo empezó a empeorar.

Para terminar con la violencia, la nueva arrepentida decidió, en 2013, irse a vivir a Santa Cruz porque «ya no lo toleraba más». Por último y en concordancia con la denuncia de Shakira, López sentenció: “Ella nos robó todo. No solo a mi, todos los cooperativistas trabajábamos de 7 a 22 y cuando llegaba el día del cobro te descontaban lo que querían, con excusas como tardanzas. Teníamos que estar sumisos porque ella era dueña de todo«.