El ministro de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia, Marcelo Montenegro, descartó la flexibilización del tipo de cambio del dólar, como lo recomienda el Fondo Monetario Internacional (FMI) para aumentar sustancialmente la resiliencia ante los shocks del mercado.
El funcionario reafirmó la fortaleza de la moneda nacional como «referente de estabilidad». Montenegro manifestó que la política de la bolivianización se mantendrá porque, en su criterio, «promueve el uso de dinero nacional, antes que el dólar estadounidense en las transacciones financieras», informó NA.
«El tipo de cambio se mantendrá invariable. Haciendo las evaluaciones no vemos ninguna necesidad de modificar la paridad cambiaria, tenemos estabilidad. Por tanto, seguiremos el esquema de la bolivianización», aseguró Montenegro. «Por más de diez años el tipo de cambio se mantiene inalterable, en 6,86 bolivianos (Bs) para la compra y Bs 6,96 para la venta por cada dólar», agregó.
Montenegro destacó que cada país debe llevar su política económica y financiera de forma soberana y alejada de imposiciones como las del FMI. Recordó que, en años anteriores, algunos analistas recomendaban una devaluación porque generaba una pérdida de competitividad y ahora sugieren ahorrar en bolivianos.
La última apreciación del boliviano se registró el 2 de noviembre de 2011. Desde entonces hasta julio de 2022 la unidad de la divisa norteamericana se cotiza en 6,96 Bs para la venta y en 6,86 Bs para la compra. El economista y especialista en comercio exterior, Juan Pablo Saucedo, manifestó que lo más destacable de la bolivianización fue «mantener fuerte la moneda nacional frente a las presiones inflacionarias y devaluaciones».
También reconoció que la divisa estadounidense dejó de ser, desde hace más de una década, «el indicador fundamental e influyente de las transacciones financieras y de comercio», e incluso pasó a «constituirse en factor inflacionario», como sucedía en el pasado.