No se guardó absolutamente nada y disparó sin filtros ni tapujos. Todo sucedió en «Mañanísima», el programa que lleva adelante Carmen Barbieri a través de la pantalla de Ciudad Magazine, donde Leticia Brédice salió con los tapones de punta a hablar, después de que fuera despedida de la obra de teatro de la que iba a ser parte, y se despachó sin rodeos luego de que se mencionaran supuestas adicciones.
«Las historias del pasado son eso. Parte del pasado. Hojas que se caen sin más importancia que eso. Yo no voy a renegar, por ejemplo, de ser amiga de Charly García. Y con él hice una campaña donde consumía coca*na de su pierna. Para mí, estar fuera de eje es estar normal, bien. Hace años que lo único que intento es estar bien, que peleo por estar sana», comenzó manifestando.
«Lo que pasé fue que cambié de representante. Trabajaba con Farrel, sentí que no me defendía como debía ser, que algo le estaba pasando, se lo pregunté, no recibí una respuesta convincente, y ahora mi representante es una amiga mía. Yo soy de las que van primeras a un ensayo, soy la que se sabe toda letra. Me crié con Normal Brisky y soy la más seria. Pasa que cuando una tiene mi personalidad y quiere proponer, el otro por ahí piensa que le quiere robar el lugar, o que sos peligroso», lanzó Leticia Brédice.
Inmediatamente fue por más delante de cada uno de los televidentes. «Yo quería salir en malla porque tengo mi delirio de vedette pero no de zarpada, loca o borrachina, sino de divertida. El despido se dio de un día para el otro. Yo tengo mi carácter, lo reconozco. Tuve nada más que dos ensayos y una foto. Creen que soy de una manera y no es así. Por ahí se quedaron con una imagen mía de antes. Es un tango que tiene que ver conmigo, pero yo voy todos los días a terapia y no les voy a decir a ellos lo que hablo con la psicóloga», arremetió.
«¿Qué quieren decir cuando dicen que no llegaba en eje? ¿Qué significa eso? Es una especie de carancheo lo que me hicieron. Es buscar un amarillismo. Y yo soy así desde que soy chiquita. Estuve dos días, fui y les dije la letra, me dijeron que no les gustaba trabajar conmigo y yo tengo que pensar en mi cabeza, en mi respiración. Yo no soy armadora de quilombos. Soy desatanudos. Propongo la relajación. Respondo con sabiduría», respondió Leticia Brédice sin pelos en la lengua.